El PP pide dar voz a las familias de los franquistas para retirar títulos
Los populares coruñeses ven "antidemocrático" el proceso
El Ayuntamiento de A Coruña eliminará, sin el apoyo de la oposición, la abundante simbología franquista presente en calles y edificios públicos de la ciudad. El PP ha decidido autoexcluirse del lento proceso articulado por el gobierno municipal (PSOE-BNG) para aplicar, a partir del próximo otoño, la Ley de Memoria Histórica, en vigor desde diciembre de 2007.
Los conservadores, con Carlos Negreira como portavoz, se refugiaron en formalismos para abandonar ayer la Comisión municipal de Honores y Distinciones que, con un debate y una votación, daba el primer paso para retirar 53 símbolos franquistas. Entre ellos se encuentra revocar las distinciones concedidas en la dictadura por el Ayuntamiento coruñés a Francisco Franco y una decena de sus colaboradores o participantes en la sublevación militar.
Hasta tres veces utilizó el PP, en un largo comunicado de tres folios, el término "antidemocrático" con el fin de descalificar el proceso emprendido hace ya un año por el gobierno socialista de Javier Losada para aplicar la Ley de Memoria Histórica. "No nos oponemos a la ley, sino a la forma antidemocrática de aplicarla, porque no se contemplan todas las sensibilidades", justificaron los populares.
Lo que más les molesta es que el proceso para retirar la simbología "nació de forma sectaria" ya que "sólo el alcalde" eligió a los seis expertos que realizaron un informe consultivo sobre los elementos que debían eliminarse de las vías públicas. Y ese proceso, añadió tajante Carlos Negreira, es "excluyente porque a los afectados se les va a condenar sin oírlos. Algo sin precedentes en un gobierno democrático". Por "afectados" y "condenados" se refiere a los familiares de las personas que serán despojadas de los títulos concedidos en la dictadura. Franco es aún hoy en A Coruña hijo adoptivo y predilectísimo, alcalde honorario y tiene la Medalla de Oro de la ciudad.
Para aplicar la Ley de Memoria Histórica, socialistas y nacionalistas decidieron modificar el Reglamento de Honores de A Coruña que establece la necesidad de dar voz a quienes se les suprime una distinción municipal.
Catedráticos, historiadores y representantes de organizaciones sociales, como el Ateneo Republicano, formaron ese equipo de asesores denostados por el PP. Los conservadores ya protestaron en su día y decidieron no participar en la designación de esos expertos por considerar "antidemocrático" que no se eligiesen en proporción al peso político de cada grupo municipal.
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