Armas de última generación contra el cáncer de piel

El de piel es el más común de entre todos los tipos de cáncer; de hecho, entre seis y siete de cada 100.000 españoles lo contraen cada año. Pese a no ser una media excesivamente alta (en Australia se han alcanzado cotas de 42 habitantes por cada 100.000), Andalucía, la región más cercana a la línea del Ecuador y por tanto donde el sol más fuerte pega, lidera la lucha contra el cáncer cutáneo en España. Dos hospitales malagueños, el Clínico y el Carlos Haya, aplican terapias y sistemas de última generación en la lucha contra la enfermedad.

El hospital Clínico Virgen de la Victoria utiliza desde hace poco la cirugía micrográfica Mohs. A diferencia de la técnica habitual, esta práctica se emplea en lesiones de difícil acceso (nariz, parpados) de las que no se conocen bien los bordes. Así, al mismo tiempo que el cirujano opera, el anatomista patológico analiza el tejido cutáneo que se va extirpando. La intervención termina cuando queda un margen suficiente de células limpias en la piel cortada. Imagine usted una diana de piel facial. El cirujano corta primero el centro, núcleo del tumor, y sigue con los aros concéntricos de la diana hasta que el anatomista patológico ve un margen suficiente de piel sana. El porcentaje de éxito de esta técnica es del 98%. El problema de este sistema es que sólo es aplicable a los carcinomas, los tipos de cáncer cutáneo menos graves y que suelen aparecer por culpa de exposiciones crónicas al sol.

"Hay que echarse protector suficiente; como seis cucharitas de café cada vez"

Por su parte, el Hospital Carlos Haya dispone de una unidad de teledermatología. El paciente va al centro de salud, el médico le hace una foto a la zona sospechosa, y se la pasa por correo electrónico al especialista del hospital, que es capaz de determinar la lesión. Esta innovación permite operar los melanomas -los cánceres más graves, que se manifiestan en lunares y bultos que sangran o cambian de forma- dos días después de hacerse la foto.

El doctor Enrique Herrera, del Clínico, considera indispensable el uso del protector solar, "como seis o siete cucharitas de café, varias veces".