Alfons Figueras, dibujante del humor absurdo
Entre sus personajes destacan Aspirino, Colodión y Topolino
Aspirino, Colodión y Topolino se quedaron huérfanos el pasado domingo, 5 de julio. Su padre, el dibujante Alfons Figueras, murió a los 86 años en Barcelona, dejando vacante el lugar de gran clásico de la historieta catalana de humor del siglo XX.
Nacido en Vilanova i la Geltrú en 1922, Figueras es uno de los autores más importantes de la historieta española, a la vez que uno de los menos conocidos. Su obra se caracteriza por la ausencia de diálogo en unos dibujos expresivos y oscuros, llenos de un sentido del humor absurdo que le alejaba de lo que realizaban la mayoría de sus colegas generacionales.
Vinculado con la editorial Bruguera desde su juventud, empezó corrigiendo originales hasta que en 1947 hizo sus primeros dibujos de historietas humorísticas basados en artistas de cine como Chaplin (la primera historieta que protagonizó fue censurada porque el cómico había apoyado la causa republicana), Buster Keaton, y Laurel y Hardy. También trabajó para las editoriales Marco e Hispano Americana. En este periodo, que termina con su marcha a Venezuela en 1956, destacan los personajes que de alguna manera tocan lo fantástico, como Mysto o Mefisto. En 1963 regresa de América y, tras comenzar a dibujar marcianos o sabios distraídos, entra de lleno en la temática del terror y la fantasía, sobre todo en los chistes, tiras e historietas cortas que realiza para publicaciones de adultos y periódicos (creó El bon Jan y Mr. Hyde para el diario Avui, y Don Plácido para La Vanguardia), o pensadas para un público extranjero. A partir de 1968 compone sus series más conocidas, como Topolino, Franciskostein -donde homenajea al monstruo y demuestra su conocimiento del cine fantástico de los años treinta y cuarenta-, Super Manolo, Cine Locuras o Aspirino y Colodión -dos sabios cuyas historias giran en torno a sus sorprendentes inventos-, Skeck to shock, Drácula, ¡Qué guerra!.., y así hasta 75 series diferentes.
En 1988, su trayectoria profesional fue galardonada con el Gran Premio del VI Salón del Cómic de Barcelona, y en 2002 sus compañeros de profesión le otorgaron el premio Gat Perich en reconocimiento por publicar durante 25 años una tira cómica diaria. Gran lector y coleccionista de cómics, era famosa su sonrisa amigable y su apabullante sencillez. Después de más de sesenta años de dedicarse a dibujar historietas aún afirmaba: "Soy un aficionado que dibuja porque le gusta la historieta".
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