Carreras de caballos con pop latino
Los jóvenes bailan de noche en el hipódromo al ritmo de Carlos Baute
Parece una imagen sacada en los mejores días de festivales como Festimad o Summercase. Son las dos de madrugada del viernes. Cientos de jóvenes se aprietan en sudorosas filas separadas por vallas de tráfico. Sus rostros se muestran ceñudos, casi angustiados. El paraíso se encuentra a unos metros, pero les preocupa no alcanzarlo. Sólo les separa un puñado de musculados porteros (todos con indumentaria oscura y un pinganillo parloteando en su oreja) que comprueban que el DNI señale que nacieron hace 18 años o más. Si es así, ya hay vía libre. Sonrisa.
Todavía afuera, cerca de las aglomeraciones, en el aparcamiento, muchos adolescentes practican el botellón. Se escuchan cosas tan trascendentes como: "Jo, tía, la de matemáticas me ha cargado sólo por una evaluación. ¿Te lo puedes creer? Todo el verano estudiando por eso...". Esto ya no se parece ni a Festimad ni a Summercase. Marta, que así se llama la cateada en mates, desvela que está en primero de bachiller, que por tanto cuenta 17 años y que, por consiguiente, tiene prohibida la entrada al paraíso. ¿Mal panorama? Qué va, aquí hay recursos: "En cuanto nos bebamos esto entramos. Llevo el carné de mi hermana, que tiene 20". Dentro, donde en pocos minutos va a estar bailando Marta, suena uno de los éxitos del momento. ¿Adivinan?: "Te envío poemas de mi puño y letra / te envío canciones de 4,40 / te envío las fotos cenando en Marbella / y cuando estuvimos por Venezueeela". O sea: Carlos Baute y Marta Sánchez.
Afuera, en el aparcamiento, muchos adolescentes practican el 'botellón'
Aunque parezca raro, esto es el hipódromo de La Zarzuela en su propuesta veraniega de carreras y copas. Todos los jueves de julio, a eso de las 22.30, comienzan a trotar los caballos y a correr las apuestas. Cuando el último potro devora la meta (suelen ser cinco carreras), ya será medianoche y comenzará el bailoteo. "Son dos ambientes totalmente distintos", apunta Felipe Gimeno, 40 años, responsable de prensa del hipódromo. "A las carreras vienen adultos, aficionados a los caballos, y por la noche gente muy joven. Pero cada vez hay más chavales que se animan a apostar. Así se hace afición".
El pasado jueves, la música que se escuchaba en las gradas durante las carreras era la siguiente: "¡Vamos, Carletes, vamos!". Provenía de una madre cuarentona alentando a su crío, un chaval de 17 años que se estrenaba como jockey. Lo hizo de perlas el crío: a lomos del bello semental Royal Protector se llevó la carrera. La madre, claro, llegaba al techo con sus botes.
Se cierra el telón de los caballos y se abre el de la fiesta. Entre los 3.000 jóvenes que se zarandean con la canción de Carlos Baute y Marta Sánchez, Colgado en tus manos, aparece un bicho raro, Raúl. Dos datos juegan en su contra en este ambiente: cuenta 35 años, un jubilado en comparación al resto, la mayoría de 17 a 22 años; y se ha enfundado una camiseta de AC/DC, titanes del rock duro cuyas canciones no se plantea pinchar el dj ni bajo amenaza de una pistola. La pregunta es obvia: ¿Qué se te ha perdido aquí? Raúl encaja el golpe con resignación: "Bueno, es un ambiente muy pijil, pero vengo con éste", y señala a su amigo Mariano, pantalones de lino blanco, camisa del mismo tono y pelo engominado. Más a tono con la fiesta.
Héctor, el pinchadiscos, busca en los CD, ninguno original. Tiene 19 años, pero aún exhibe acné. Una amiga de su edad, a su lado, suelta: "Parece mi hermano". Héctor no se complica la vida: "Pincho pachangueo, toda la música de Los 40, como El Canto del Loco, Lady Gaga, Melendi...". Y Baute-Sánchez, el gran éxito, que corren al galope.
Hipódromo de la Zarzuela. Julio: jueves 9, 16 y 23. Entrada: 9 euros. Menores de 14 años, gratis. Transporte gratis desde Moncloa. www.hipodromodelazarzuela.es
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