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PSE y PP agotan plazos sin despejar si habrá moción de censura en Álava

Ambas partes admiten que afrontan la semana más "caliente" para la decisión

El País

A menos que socialistas y populares maduren y acerquen mucho sus posiciones esta semana en pos de un acuerdo para presentar la moción de censura contra el diputado general de Álava, el peneuvista Xabier Agirre, se hará poco menos que imposible su relevo antes de las vacaciones de verano, tal y como viene reclamando el partido de Basagoiti, sobre todo su organización provincial alavesa.

El día 14 se ha convertido en una fecha fetiche porque sería el último para registrar la iniciativa en las Juntas Generales de modo que pueda ser debatida y votada antes de que a fin de mes concluya este período de sesiones. La ejecutiva del PSE-EE, de la que dependen en última instancia la decisión, no tiene prevista una reunión hasta la víspera, el lunes 13. Ambas partes reconocen que la semana que se inicia hoy es una semana "caliente". También la pasada lo ha sido a efectos de contactos, que las partes no precisan. "Hay conversaciones y hay acercamientos y avances", aseguran fuentes oficiales del PP, mientras que las del PSE-EE se refugian en el silencio y, como mucho, reconocen que los contactos existen, sin confirmar su nivel. "El PP está tirando mucho de teléfono", indican. Los populares alaveses quieren echar el resto en esta cuestión y en esta semana. Saben que si pasa el verano y comienza el curso político con a moción sin presentar, cada vez les será más difícil conseguirla.. Cuanto más tiempo del mandato transcurra, más cuesta arriba se hará y menos justificable ante la opinión pública: una crisis institucional tendrá menos sentido cuanto más cerca aparezca la posibilidad de un relevo natural derivado de las elecciones forales de la primavera de 2011.

La ejecutiva del PSE-EE no tiene previsto reunirse hasta el día 13
El PP teme que, de no gobernar ahora, el cambio alavés lo lidere en 2011 el PSE

El presidente del partido, Antonio Basagoiti, aparentemente de común acuerdo con el lehendakari, retira la cuestión del primer plano de sus intervenciones públicas. En su discurso en la clausura del congreso de Nuevas Generaciones de Álava el sábado se conformó con una referencia muy de pasada. El secretario general, Iñaki Oyarzábal, pese a su condición de alavés, está en la misma prudente posición, siempre en hilo directo con Rodolfo Ares, en su condición de secretario de organización del PSE-EE, mientras los alaveses aprietan. No se trata de una diferente visión de la importancia del asunto, aseguran fuentes de la dirección, sino de un reparto de papeles para no dañar el pacto de estabilidad para el Gobierno de Patxi López.

Al PNV tan pronto se le va el color como muestra una seguridad total en que terminará el mandato. Quien más la deja ver es su presidente en Álava, Iñaki Gerenabarrena. También la mostró el diputado general tras su entrevista con el lehendakari, al desvelar que López le dijo que la moción de censura no cuenta entre las prioridades de su agenda. Unos diputados forales dejan ver preocupación, mientras otros apuestan a que harán campaña en 2011 desde sus puestos. En todo caso, el mínimo rumor desata entre los nacionalistas una cascada de llamadas en busca de confirmación concreción o contrastes fiables.

Pero la palabra la tiene el PSE-EE y en sus filas no se dan señales externas de que las cosas hayan cambiado. No se ven razones objetivas en la gestión del PNV sobre las que justificar ante la opinión pública su relevo. El resultado del Euskobarómetro sobre la alta desconfianza a la alianza entre socialistas y populares para el Gobierno vasco les afianza ahora aún más en la resistencia. Y tampoco ven razones para ofrecer al PP una baza de primer orden de cara a las elecciones de 2011 -abordarlas desde el plus de ventaja que da hacer campaña en el ejercicio del poder- en las que previsiblemente los dos partidos se disputarán de nuevo entre ellos la primera plaza en Álava. Es justamente el temor del PP: que si no consigue llegar a ellas en una posición de gobierno tal vez no logre volver a superar a los socialistas, a quienes sólo aventajó en 165 votos en 2007. El cambio llegará entonces a Álava, pero será liderado por el PSE-EE y y los populares habrán perdido su oportunidad, sin garantía siquiera de ser, como en el caso del Gobierno, un apoyo preferente.

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