China: objetivo ibérico
La crisis financiera parece haber acercado a España y al gigante asiático
La generación más reciente de conquistadores españoles pone rumbo al Este y llama antes de entrar. El grupo bancario Santander está en conversaciones con el Banco de Construcción de China para crear una empresa bancaria rural, según una fuente conocedora de la situación. Su rival, el BBVA, anunciaba recientemente planes para ofrecer financiación de automóviles y servicios de banca privada en China.
La crisis financiera parece haber acercado a España y a China y no sólo en lo que respecta a la banca. China es un gran mercado para empresas españolas de energías renovables como Gamesa y Acciona. Telefónica es accionista de China Unicom, una de las principales beneficiarias del impulso del móvil de tercera generación en China.
Las empresas españolas, con un mercado nacional en problemas, están ansiosas por subirse al carro del crecimiento chino, aunque sea como inversor minoritario. Pero España es también un socio atractivo para el gigante asiático. Sus grandes bancos internacionales han evitado las peores consecuencias de la crisis financiera. Mientras Goldman Sachs, UBS y otros similares vendían sus participaciones chinas, BBVA aumentaba su posición en Citic Group y convertía su inversión de 3.000 millones de dólares en una de las mayores apuestas extranjeras en una empresa financiera china.
El BBVA y el Santander tienen otra cosa que China desea: acceso a Latinoamérica. Son fuertes en países como México y Brasil, donde China ve un rico filón de materias primas y un nuevo destino para las exportaciones. El comercio entre China y Latinoamérica alcanzaba el pasado año la cifra récord de 143.000 millones de dólares. Los bancos españoles pueden engrasar esos flujos.
También ayuda que Madrid se haya mostrado dispuesto a seguir el juego diplomático chino. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha evitado meteduras de pata obvias como reunirse con el Dalai Lama. Y las autoridades españolas han dado a entender que durante su presidencia de la Unión Europea, en el primer semestre de 2010, España propugnará el reconocimiento de China como "economía de mercado", un título codiciado que claramente China no merece.
La diplomacia tiene un precio. El déficit comercial de España con China aumentaba casi un 50% entre 2006 y 2008, hasta alcanzar los 18.000 millones de euros. Los conquistadores económicos españoles quizá se encuentren en un momento dulce, pero a medida que los problemas económicos de España se profundizan y los de China se resuelven, no cabe duda de quién está conquistando a quién. -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.