El desaire de las trompetas
Los medios de comunicación surafricanos, indignados con España por las críticas a la costumbre de la hinchada local, que atruena los estadios soplando vuvuzelas
La selección española, que en el día a día se ha comportado de manera impecable con la afición surafricana, se irá del país donde se celebrara el Mundial el año que viene con el riesgo de dejar la desafortunada impresión de que siente desprecio por la cultura local.
La federación española de fútbol se enfrenta a un inesperado problema de relaciones públicas debido a una declaración, muy difundida en la prensa surafricana, que hizo Xabi Alonso respecto a la vuvuzela, la trompeta alargada de plástico que es la seña de identidad de los aficionados surafricanos cuando acuden a los estadios. Aquel zumbido constante, como si se tratara de 20.000 avispas enfadadas, que se ha oído por televisión en todos los partidos de la Copa Confederaciones, tiene su origen en la incansable devoción de los hinchas por sus vuvuzelas. El ruido ha incomodado a varios jugadores, de varias selecciones, pero la declaración que más ha sonado en los medios ha sido la que se atribuye a Alonso. Al jugador español del Liverpool, equipo que muchos surafricanos apoyan, se le citó declarando que las vuvuzelas le irritaban, que impedían que los jugadores se pudieran concentrar en el campo y que creía que "deberían ser prohibidas".
El jugador del Liverpool declaró que el instrumento "debería prohibirse"
Un diario dice que en los campos españoles acallarían "los cánticos racistas"
A la prensa le gusta la polémica y a los aficionados también. Un columnista del Star, periódico de amplia difusión en Johanesburgo, ha respondido proponiendo que se exporten decenas de miles de vuvuzelas a España (una fábrica en Johanesburgo se propone fabricar 700.000 antes del Mundial) para que así no se puedan oír "los cánticos racistas" en los campos españoles.
Otro periodista surafricano que vio el partido España-Estados Unidos del miércoles pasado en una pantalla gigante en Johanesburgo junto a unos 120 aficionados de su país contó que casi todos apoyaban la selección estadounidense. El periodista, gran seguidor tanto del fútbol europeo como del de su país, dijo que le preguntó a varios compañeros negros si era cuestión de ser solidarios con el equipo más débil y le contestaron que no. "Me dijeron que la impresión que les había dado la selección española era de una gran arrogancia", dijo el periodista. "Se referían, por supuesto, al tema de las vuvuzelas".
En los blogs y páginas web surafricanos se ha mencionado mucho el caso, siempre con indignación y a veces con dura ironía. Como en el caso de la página web satírica hayibo.com, en la que una crónica periodística ficticia cita a un supuesto aficionado español llamado "Enrique de Torquemada" expresando sorpresa ante la cantidad de gente negra que hay en Suráfrica ("son tan negros, y encima son tantos"). El Torquemada propone a la FIFA que prohíba la entrada a los negros a los estadios durante el Mundial de 2010.
Por ahora, quizá se trate sólo de una corriente, de un runrún -ampliamente difundido por el país, eso sí- que no irá a más. Y aunque también es verdad que algunos aficionados surafricanos han insistido en el derecho de Alonso de expresar lo que consideran una opinión perfectamente legítima, existe el peligro de que esta percepción negativa de España cale, como evidentemente ha calado la idea, originada en la prensa inglesa pero muy difundida en la surafricana, de que los aficionados españoles son racistas.
La mala suerte para Xabi Alonso, una persona habitualmente medida y sensata, es que -de manera inconsciente, o ingenua- ha metido la pata. O quizá sea que sus palabras han sido sacadas, como siempre dicen los políticos cuando se encuentran en aprietos similares, "fuera de contexto".
Lo que es innegable es que varios medios surafricanos han utilizado las palabras atribuidas al jugador español como punto de partida para salir orgullosamente a la defensa de su cultura. El periódico Business Times expresó el consenso nacional sobre la cuestión al afirmar en un editorial que la vuvuzela "no se va a ir a ningún lado" y que si a la gente que sigue el Mundial en otros países por televisión no le gusta, que aprieten el botón "silencio" de sus mandos. The Sowetan, el gran periódico negro surafricano, dijo que si a los aficionados extranjeros les molesta el ruido, que no vengan, y remató declarando: "Si no aguantas el calor, no entres en la cocina".
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