Un vecino muy incómodo
Rossi, que siempre ha dirigido su taller y el de sus compañeros de equipo, ha quedado ya seis veces por detrás de Lorenzo
El adelantamiento que Valentino Rossi le hizo a Jorge Lorenzo en la última curva de la última vuelta del pasado Gran Premio de Cataluña puede tener dos significados no excluyentes el uno del otro. En primer lugar, muchos vieron aquella acción y la victoria del italiano como un puñetazo encima de la mesa, un símbolo de autoridad del jefe de Yamaha frente a su compañero de equipo, que se ha convertido en un aprendiz respondón y de lo más incómodo. Otros, sin embargo, creen que la carrera de Montmeló puede interpretarse como un mensaje de Lorenzo hacia Rossi, en el que el mallorquín vendría a decirle: "Valentino, ya eres mío".
De cualquier forma, si en algo coincide el universo motero es en que Rossi nunca tuvo una amenaza tan seria como Lorenzo metida en su mismo garaje. De las 124 carreras que Il Dottore ha disputado en MotoGP enrolado en un equipo con dos pilotos -en 2000 y 2001, sus dos primeros años, corrió él solo en una escudería-, sólo en 21 ocasiones ha terminado una carrera por detrás de su compañero. De éstas, seis se han producido durante el último año y medio con Lorenzo como protagonista. Hoy, en Assen (14.00, La 2), se prevé otro duelo de alto voltaje entre ellos. Rossi arrancará el primero tras anotarse ayer su segunda pole de la temporada, mientras que Pedrosa saldrá segundo y Lorenzo, tercero.
El italiano de Yamaha sale hoy primero en Assen por delante de Pedrosa y del balear
Desde que Yamaha le fichó en 2004, la escudería japonesa ha pasado por distintas etapas, pero el italiano siempre ha manejado el cotarro, con sus compañeros ejerciendo de conejillos de indias, probando piezas y configuraciones para aplicarlas luego a la moto número 46. Pero todo eso cambió el año pasado con la llegada de Lorenzo, y porque Rossi pasó a calzar su moto con neumáticos Bridgestone, una decisión que obligó a levantar un muro que separara a los dos motoristas dentro del taller y que, por deseo expreso de Il Dottore, se ha mantenido esta temporada. Aunque parezca un contrasentido, ese muro es el que le permite a Lorenzo ir a su bola, sin tener la obligación de estar a las órdenes del número uno.
"Cuando Valentino llegó en 2004, provocó una revolución porque la marca llevaba mucho tiempo sin ganar", reconoce Carlos Checa, primer compañero del italiano en Yamaha. "Vino con muchísimas ganas y con un único objetivo: ganar a Honda. Las cosas cambiaron mucho porque, como es normal, toda la fábrica se volcó en él. Hizo que Yamaha cambiara el paso, pusiera una marcha más, y volvió a motivar a la gente", recuerda Checa, que sólo compartió garaje con el italiano durante un año. Yamaha fichó en 2005 a Colin Edwards para que fuera el complemento perfecto para su estrella. Edwards compartió equipo con Rossi durante tres temporadas, por más que nunca tuvo opción de buscarle las cosquillas a su jefe.
"Siempre tuve claro que el trabajo de Valentino era ganar carreras y el mío tratar de facilitarle las cosas. Yamaha se gastaba mucho dinero en él y era él quien traía el bacon a casa", confiesa el piloto tejano, ahora en el equipo satélite de la marca de Iwata (Japón). "Como compañero de Valentino, una de las situaciones más difíciles se da cuando una carrera no ha ido bien. Estás sentado en el box, de mala leche, y hay diez japoneses con él y uno contigo. En esos momentos hubiera preferido que existiera el muro para no verlo", bromea Edwards.
A estas alturas, Rossi ya sabe el peligro que tiene Lorenzo. Para Yamaha, esta situación es perfecta, con sus dos pilotos peleándose por ganar carreras y al frente del campeonato. En su día, la marca fichó al italiano para que la rescatara del agujero en el que llevaba tiempo metida, pero la preponderancia de la máquina siempre será mayor si el que gana es Lorenzo. Más que nada, porque no es el mejor piloto de la historia.
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