Contador: "Estoy listo para el Tour"

Alberto Contador iniciará el Tour de Francia, el próximo sábado, vistiendo, "orgulloso", un maillot rojo y amarillo, los colores de campeón de España contrarreloj, durante el prólogo de Mónaco, con la esperanza de, llegada la noche, terminar el día vestido sólo de amarillo. "Mi preparación para el Tour está ya completada", dijo ayer el chico de Pinto, de 26 años. "Y no me puedo quejar. Estoy listo".

No hace falta que lo jure. Lo pueden jurar por él los espectadores que le vieron y los rivales que le sufrieron durante los duros 47 kilómetros del recorrido del campeonato de España contrarreloj, entre Torrelavega y las cuevas de Altamira. Espectaculares fueron, sobre todo, los últimos 20 kilómetros, los más duros, en los que Contador, que había pasado por el punto intermedio con 1s de retraso respecto a Luis León Sánchez, el campeón saliente, aventajó en 37s al murciano.

"Necesitaba terminar de trabajar la contrarreloj y acoplarme bien a la nueva bicicleta, pero esto no ha sido un entrenamiento, de ninguna manera. Para ganar, he tenido que luchar hasta el final con Luis León. Y la distancia era una buena comparación con lo que me espera en el Tour", dijo Contador, quien, pese a su físico y sus excepcionales cualidades de escalador, nunca ha sido un mediocre contrarrelojista. De hecho, en 2002, cuando sólo tenía 19 años, ya se proclamó campeón de España sub 23 de la especialidad, y su primera victoria como profesional, en 2003, fue una contrarreloj de la Vuelta a Polonia.

Esta temporada ya ganó las contrarreloj de las vueltas al Algarve y al País Vasco y de la París-Niza. "He trabajado mucho este invierno con la cabra y con ejercicios de estiramientos para poder mantener una mejor posición", decía a comienzos de temporada Contador, quien siempre ha mantenido una relación de amor-odio con la bicicleta de contrarreloj y, de forma casi masoquista, es capaz de entrenarse con ella ascendiendo varias veces el puerto de Navacerrada. Sus progresos han sido tan evidentes que Cadel Evans, otros años más fuerte que él, apenas pudo marcar la diferencia en la Dauphiné Libéré, pese a que Contador disputó la carrera francesa después de varios meses sin competir.

La victoria de ayer en su última carrera antes del Tour -no disputará mañana el campeonato en línea- funcionará también como un mensaje de consumo interno hacia Johan Bruyneel, su director, y Lance Armstrong, su compañero en el Astana con quien deberá disputar, en una especie de primarias, el liderato del equipo.

La primera oportunidad para marcar su territorio y las diferencias será la contrarreloj de dentro de una semana en Mónaco. El recorrido por el principado incluye un duro repecho. Será corto (15,5 kilómetros)pero significativo.

Contador, que ha guardado silencio pese a que desde el campo de Armstrong se han lanzado indirectas sobre su fidelidad a la causa, dejará que sus piernas hablen por él en las cuestas de la Turbie.