La isla del 'house' se rinde a la guitarra
Cubata en mano, Treva James, un tipo nacido a 20 kilómetros de Londres, intenta explicarme a gritos quién demonios es la neumática morena que tengo a la izquierda y a la que acribillan a fotos. "Es muy famosa. Se llama Jordan", dice James en un idioma parecido al inglés. "Ya, pero ¿por qué es famosa?", pregunto, mientras pienso en cómo explicaría yo si un británico me pregunta por qué es conocida Belén Esteban. El inglés pone cara de "¿pero tú eres tonto?" y responde: "Por su delantera. ¿O es que estás ciego?". En ese momento, las cámaras digitales cambian de dirección y enfocan al escenario, donde el grupo británico The Ting Tings empieza su actuación. En el público hay gente disfrazada: bailarinas, romanos, panteras rosas... "¡Cállate y déjame en paz! [Shut up and let me go]", canta la vocalista. Lo mismo hacen las mil personas, en su mayoría británicos, que empiezan a bailar. Jordan, también.
"A la nueva generación no le interesa un señor de 40 años pinchando" (Andy McKay)
Estamos en el hotel Ibiza Rocks, en el centro de Sant Antoni, en la isla pitiusa. Acaba de comenzar la fiesta de apertura de unos de los festivales más curiosos que se celebran en España y por el que cada martes, hasta el 8 de septiembre, pasarán artistas como Calvin Harris (7 de julio), Keane (14 de julio), Vampire Weekend (18 de agosto), MGMT (25 de agosto), Soulwax (1 de septiembre) o Klaxons (en la clausura).
El jefe del tinglado se llama Andy McKay, tiene 38 años, tres hijos y fue el fundador de Manumission, un pequeño club de 400 personas de Manchester que en estos últimos 15 años se ha convertido en una de las fiestas tecno más conocidas de Ibiza. Todo buen adicto a la electrónica ha pasado por Manumission, que en los noventa transformó la isla en un gigantesco club de baile. Ahora, tras aquella aventura, Andy intenta cambiarle otra vez la cara a la isla.
En Ibiza Rocks, las guitarras sustituyen a los djs. "La reputación de Ibiza en España no es la que debería ser", explica Andy al día siguiente, mientras desayuna un bocadillo gigante de huevos con bacon. "Éste ya no es sólo el paraíso de djs como Tiësto o Carl Cox. Aquí también hay música en directo. Las cosas han cambiado".
Andy es como un sociólogo de la isla. "Hay una nueva generación a la que no le interesa un señor de 40 años pinchando en una cabina", continúa. "Los jóvenes no quieren bailar con la misma música que bailaron en Ibiza sus padres hace 20 años". Los competidores y las leyes locales de horarios han acabado con Manumission (este año no se celebra). Pero Andy anda en otra onda. En 2006 trajo a Pete Doherty para inaugurar Ibiza Rocks. "Justo cuando sacaron sus fotos metiéndose rayas de cocaína con Kate Moss. No sabíamos si Pete aparecería o no. Horas antes del concierto recibí una llamada confirmándome que Doherty había cogido el vuelo desde Nueva York a Ibiza. De pronto tuvimos al mundo mirándonos. La prensa... Todos... Pete, con Kate, apareció. Tocó y fue un éxito". Ese día comenzó la transformación.
Ahora, Andy, su hermano y las mujeres de ambos son la tercera agencia de viajes que más británicos trae a la isla, seducidos por el festival. Un pequeño imperio que engloba tiendas de merchandising, un bar, conciertos y el hotel donde se celebran, que en realidad es propiedad de un empresario ibicenco con el que comparten beneficios. Si alguien vino al hotel hace cinco años, ahora no lo reconocería: entrada con bombillas al estilo Las Vegas, una recepción con modernos sillones imposibles, una púa gigante en la piscina al lado del escenario y cuadros de The Libertines decorando las habitaciones.
Pero aunque la mona se vista de seda...Los ingleses tienen la curiosa costumbre de disfrazarse para los conciertos. Mientras suena Frankmusic, telonero de Ting Tings, entre el público aparecen bailarinas con calentadores, romanos con togas y laureles o chicas pintadas como indios con pintura fosforito... A David y sus amigos les gusta vestirse de Pantera Rosa y Tigretón. Se han bebido una botella de ron en uno de los balcones del hotel antes de bajar a pie de escenario. ¿Por qué disfrazarse? ¿Qué necesidad hay? "¿Por qué no?", responden con cierta coherencia.
"Los ingleses lo pasan bien", explica Katie White, guitarrista, cantante y 50% de Ting Tings —"tan guapa que se merece un aplauso simplemente por existir", escribió un crítico—. "Pero también están demasiado preocupados por ser cool", continúa. "En España eso no pasa tanto. No necesitáis disfrazaros y no os obsesiona tanto ser cool o no. Por eso sois tan cool". Ante la locura del cool me lanzo a la piscina. ¿Y vosotros sois cool? "Nooo. Somos más como los españoles", explica Jules de Martino, batería, ideólogo y el otro 50% del grupo. Aunque la relación con España de Ting Tings va mucho más allá de lo cool. Una curiosidad: los padres de Jules viven en Murcia y él habla castellano con un acento murciano impecable. "Es una historia un poco rara", cuenta. "Mi hermana se casó con un holandés cuyos padres vivían en Denia. Mis padres vinieron de visita y les gustó Murcia. Y ahí se quedaron".
Sobre el escenario, el minimalismo estético de The Ting Tings (batería y guitarra) lleva a engaño. Suenan como un tiro. Bailables, divertidos, rotundos... Por algo el grupo de Manchester desbancó a la todopoderosa Madonna del número uno de las listas al publicar su primer y único disco por ahora, We started nothing.
Termina el concierto, pero no acaba la noche (¿acaba alguna vez en Ibiza?). El público pone rumbo a Edén, una gran discoteca cercana, donde se celebra Reclaim the Dancefloor, otro de los atractivos de Ibiza Rocks. "Cuando montamos esto, los clubbers nos querían echar al mar", recuerda Andy. ¿Guitarras en Ibiza? Era un sacrilegio, así que fueron casi expulsados de las pistas de baile. "La unión entre el mundo del baile y el rock es un hecho en la música actual. Sólo hay que ver a LCD Soundsystem, Klaxons o los propios Ting Tings", continúa Andy. "Ahora es el momento en el que reclamamos las pistas de baile".
En Edén, repleto, suena 2ManyDjs, pero las cámaras se desvían de nuevo hacia una esquina, lejos del dj. Jordan vuelve para bailar sudorosa y en ropa interior con una provocadora amiga. Es la imagen que los tabloides británicos reproducen al día siguiente en primera página. Aquí estaba la noticia y yo sin enterarme. ¿Pero quién es Jordan? Acudo otra vez a Treva. "En realidad, se llama Katie Price. Se está separando del cantante Peter André y se dedica a salir en las revistas del corazón. Ah, y se presentó a las elecciones del Reino Unido prometiendo implantes de pecho gratis". Ahora lo entiendo todo. Y tú, Treva, ¿sabes quien es Belén Esteban? Espera que te lo explico.
Vídeo de Ibiza Rocks en elpais.com/diario/ep3
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