España, a un paso de su gran sueño
Del Bosque y los jugadores respetan a EE UU, el rival de hoy, pero no ocultan sus ansias de una final contra Brasil
En la invernal ciudad de Bloemfontaine, en el hotel-casino de la selección española de fútbol laten dos partidos: el de hoy frente a Estados Unidos como tránsito obligado hacia la cita con Brasil que a todos desvela. En la delegación se perciben tantas ganas de derrotar a los norteamericanos como de que la canarinha no tropiece mañana ante Suráfrica. España es consciente de que el auténtico valor del torneo pasa por una victoria final ante el referente del planeta fútbol. Del Bosque y sus futbolistas no conciben más trofeo que ganar a Brasil. Para ello tendrán que medirse primero con el gran tapado de la Copa Confederaciones, al que nadie del grupo español ha perdido el respeto. "Ganamos por la mínima a Irak y con mucho trabajo a Suráfrica. No nos confundamos con Estados Unidos", enfatizó ayer el seleccionador español, empeñado en transmitir un discurso prudente que cuaje entre los jugadores. "Contra el resto de rivales supuestamente pequeños hemos dado la sensación de humildad. Sería fatal pensar que los estadounidenses no nos van a complicar la vida", apostilló.
Entre la plantilla, el pálpito es el mismo. En su sala de espera, con Brasil siempre a la vista, nadie se salta el escalón a la ligera. Lo corroboró Xavi: "Asumo nuestra condición de favoritos y que tendremos más presión que ellos, pero no será fácil. ¡Para nada!". "En los últimos años", agregó el volante barcelonista, que va camino de convertirse de nuevo en el mejor jugador de un torneo, "han evolucionado y, sobre todo, su nivel ofensivo ha mejorado mucho". A Xavi, el único español que ha participado en las 15 victorias consecutivas que han otorgado a la selección un récord mundial, se le da bien Estados Unidos. En los octavos de final del Mundial sub 20 de Nigeria 1999, en el que también se alinearon Casillas y Marchena, el azulgrana marcó uno de los goles que dieron a España la victoria (3-2). En la actual selección norteamericana aún resisten Tim Howard, Danny Califf y Carlos Bocanegra. En junio de 2008, en un amistoso en Santander, la selección, tras un partido muy enrevesado, sólo se impuso por 1-0, tanto de Xavi, que en el actual campeonato surafricano lidera la estadística de pases acertados: 229. Curiosamente, el mejor asistente de goles del torneo es Capdevila, cuyo papel hace tiempo que dejó de ser secundario.
Desde aquel bolo en Cantabria previo a la graduación española en Viena, Estados Unidos ha mantenido su progresión. Logró una plaza para la Copa Confederaciones tras derrotar a México y encabeza su grupo de clasificación para el Mundial. Bob Bradley, el seleccionador, ha importado 16 jugadores europeos. Sólo cinco de los convocados están en la Major Soccer League, otro juega en Canadá y uno en México. La experiencia europea ha fortalecido al equipo, que se despliega con mucha rapidez en el ataque, aunque su defensa todavía es débil.
Para contrarrestar sus virtudes, España fortalecerá las suyas. "Tendremos que gobernar el juego y estar concentrados atrás", subrayó Del Bosque, que, ante una pregunta sobre el potencial económico del fútbol español, respondió: "No hay mucho dinero, aunque algún club sí que está gastando mucho. Pero los grandes clubes no se hacen con dinero". "Lo importante es que hagamos bien nuestras cosas", deslizó Riera, que será titular, ya que el técnico pretende repetir la alineación con la que se debutó con un solo cambio: Piqué por Albiol en el centro de la zaga. De ellos dependerá en buena medida el rumbo hacia la meta soñada: Brasil, la enjundia de un torneo muy rebajado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.