_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Vuelve la prepotencia

El PP valenciano no está acabando digerir bien su último éxito electoral. Da la impresión de que la victoria se les ha subido a la cabeza y que a pesar del sol de justicia que está cayendo y de los problemas con los tribunales han optado por la corona de laurel como tocado y la vara de severos gobernantes como cetro.

La semana pasada Alfonso Rus, el caudillito de Xàtiva, se negaba a pedir disculpas y retirar el insulto de "gilipollas" contra tres profesores que, dice, usan el valenciano normativo y a los que hace un par de meses dijo que había que "rematarlos". Mientras tanto su compañera de filas Rita Barberá, vieja periodista durante el régimen anterior y gran amante de la libertad de expresión, prohibía a Escola Valenciana la instalación de megafonía y de una pantalla gigante durante un acto de protesta contra la política educativa de Francisco Camps. Un Francisco Camps a quien los resultados obtenidos por el PP le han proporcionado un balón de oxígeno, que parece haberle alborotado las neuronas, desempolvando aquella ocurrencia digna de Tip y Coll de impartir, a dúo y en inglés, la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Con todo, la señora Barberá es quien parece mostrarse más en forma o, como diría José María Aznar, "sin complejos". Y así, a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo exigiendo un informe previo del Ministerio de Cultura sobre un posible expolio, la alcaldesa está agilizando los derribos en la zona de El Cabanyal declarada Bien de Interés Cultural. Algo que según los vecinos de Salvem el Cabanyal es una actuación irresponsable que busca la destrucción con el único objetivo de crear solares vacíos en el barrio.

Y la prueba de lo excelentemente en forma que se encuentra la valenciana más famosa es la bronca que montó a cuenta de la inauguración de la nueva conexión de la ronda norte de la ciudad con la V-21, cuyo retraso reprochó al Gobierno en una demostración de lo que esta señora entiende por cortesía protocolaria y lealtad institucional.

Pero, sin duda, el premio del año a la falta de complejos debería de otorgársele al presidente de Bancaja, José Luis Olivas, quien esta semana, en un acto celebrado en Santander por la Asociación de Periodistas de Información Económica, reclamaba el fin del control político de las cajas. Puede que en la capital cántabra no lo supieran, o que los citados periodistas no tuvieran la hemeroteca o el Google a mano, pero quien decía estas palabras ha sido, entre otros cargos, nada más ni nada menos, que presidente de la Generalitat, consejero de Economía y Hacienda, concejal y teniente alcalde del Ayuntamiento de Valencia. Dame la manita Pepe Luis..., a Tip y Coll también les hubiera gustado esta lindeza. Eso se llama coherencia y recuerda mucho aquella célebre frase del anterior jefe del Estado cuando le recomendaba a un allegado que hiciera como él y no se metiera en política.

Bueno, a lo que íbamos, que vuelve la pprepotencia, así con dos pes. El bueno de San Agustín, que fue golfo antes que santo, decía que la soberbia no es grandeza sino hinchazón y que lo que está hinchado parece grande pero no está sano.

Y si esto le pasa a los que han ganado, mejor no fijarse en los que han perdido. Porque si estos no están muy sanos, imagínense como están en la oposición. Pues sí, lo han adivinado: en el PSPV-PSOE siguen, con el doctor Alarte a la cabecera, en estado de psicodrama permanente. Menos mal que ahora en verano hay excelentes sofás de rebajas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_