Ciudadanía pasa el examen
Galicia afronta la inclusión de la asignatura en Primaria sin ninguna objeción admitida este curso en la ESO
La clase de Educación para la Ciudadanía se convierte, a veces, en un pequeño Parlamento. Se habla de dependencia, de la ley del aborto y de las adopciones de parejas homosexuales. Y, como en el hemiciclo, hay debate, discusiones y, en ocasiones, acuerdos. En el instituto, lo llaman aprendizaje cooperativo. El primer curso de asignatura con la que polemizaron el PP y la Iglesia se salda con al menos 114 estudiantes insumisos en toda España, a pesar de que el Tribunal Supremo falló en febrero que no es posible la objeción. En Galicia, no se aceptó ni una solicitud de boicot.
"Tratamos temas universales que, por falta de tiempo, no pueden abarcar otras asignaturas y que no anulan los valores que aportan los padres", explica Moisés Lorenzo, profesor de Educación para la Ciudadanía en el IES de Ames. Dio clase a chicos y chicas de 2º de ESO (13 años) y considera que la materia "ha ayudado a mejorar la convivencia en el centro". Sobre todo, porque se hacen muchas actividades en grupo. Desde un recorrido histórico sobre la lucha de las mujeres por lograr los mismos derechos que los hombres o el funcionamiento de la ley d'Hondt hasta un ejercicio introspectivo para reconocer los aspectos positivos y negativos de la personalidad de los alumnos. "La concepción de uno mismo y la autoestima", cuenta Lorenzo, es el primer tema de la asignatura, que este año han cursado todos los estudiantes de 2º y 4º de ESO y que a partir de septiembre se amplia a 6º de Primaria. A pesar de que los cuatro obispos gallegos manifestaron su oposición a la materia por "adoctrinadora" y llamaron al boicot, las 349 solicitudes de objeción que se registraron en Galicia fueron desestimadas (64) o inadmitidas (285).
"Lo que más interesa a los alumnos es la educación sexual", cuenta un profesor
"Me pareció muy interesante, sobre todo las clases de educación sexual", cuenta Iris, del IES Rosalía de Castro, en Santiago. Efectivamente, esta suele ser una de las áreas en las que más participan los alumnos, que no "dejan de tomar notas", recuerda Lorenzo. Aunque también se habla de homosexualidad y aborto -los temas más polémicos-, los métodos anticonceptivos acaparan la atención de los estudiantes. Preguntas, sobre todo de chicos, sobre si "la marcha atrás es eficaz" o si "es difícil que se rompa un preservativo" demuestran lo que para Lorenzo es el "mayor déficit informativo de los adolescentes".
La clave del éxito de la materia, explica el presidente del colectivo de pedagogos Seminario Galego de Educación para la Paz, Manuel Dios, es la formación del profesorado. Así, las clases serán más didácticas que magistrales. "El respeto", cuenta, "no se tiene que aprender, sino practicar".
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