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Reportaje:Copa Confederaciones 2009

El revuelo de los faraones

Egipto, con su estrella Zidan, dinamita el grupo de Brasil e Italia

"¡Cuidado con Egipto!". No era una simple precaución, uno de esos escudos que con cierta carga demagógica sueltan con frecuencia los técnicos para acentuar la importancia de sus galones. Vicente del Bosque tenía toda la razón. Egipto no era una maría y ha revolucionado a las heráldicas Brasil e Italia. Su asalto al campeón del mundo (1-0) ha enredado de tal forma el Grupo B que lo mismo puede quedar eliminado Brasil que aún repescarse Estados Unidos. Nadie está a salvo, nadie está descartado. Egipto tiene la culpa.

Y, al frente de los faraones, Mohamed Zidan, que a punto estuvo de ser el verdugo de la canarinha y cayó lesionado ante Italia. Junto a su compañero de vanguardia Aboutrika y el portero El Hadary, ha sido el principal forro de la sorprendente selección que dirige Hassan Shehata, que relevó en 2006 al italiano Marco Tardelli, el inolvidable póster de la final mundialista de 1982 en Chamartín. Tan extasiado estaba Shehata con la victoria sobre la azzurra que la FIFA le exculpó de dar la conferencia de prensa posterior al encuentro. Lo hizo su segundo, Shawky Gharib, pero, antes de someterse al interrogatorio mediático, se tomó unos minutos para dar públicamente gracias a Alá.

Es una selección genuina. Sólo cuatro de sus futbolistas juegan en el extranjero
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Egipto, 40ª en la clasificación de la FIFA, es una selección genuina. De las ocho participantes en la Copa Confederaciones es la que más jugadores ha reclutado de su Liga. Sólo El Hadary (Sion), Rabbou (Al Ahli, Emiratos Árabes), Shawky (Middlesbrough) y Zidan (Borussia Dortmund) han cruzado la frontera. El Hadary, el héroe ante Italia, intenta recuperar la canonización que llegó a tener en su país. En 2001 ganó la Liga de Campeones africana con el Ahly, de El Cairo, y copó todas las portadas cuando en la Supercopa, ante el Kaizer Chiefs, surafricano, marcó un gol decisivo con un tiro libre desde medio campo. En 2008 abandonó al club capitalino para enrolarse en el Sion, suizo. El Ahly le denunció y, desde entonces, los seguidores del club más popular de Egipto le abroncan cada vez que juega con la selección.

Zidan es aún un caso más llamativo. Llegó a rechazar las primeras convocatorias de su selección a la espera de la nacionalidad danesa. Nacido en Puerto Said, el 11 de diciembre de 1981, fue cortado por el equipo de la ciudad, el Al Masry, y acabó en el pozo de la Tercera División. A punto de perder la vocación, un guiño del destino dio un giro a su vida. Su padre le llevó en un viaje de negocios a Copenhague y allí, mientras pateaba la pelota en un parque, un ojeador del B93 Copenhague le hizo una oferta. Zidan se enroló en el B93 y más tarde en el vecino AB. Llegó a ser máximo goleador del torneo danés en 2004 y la Bundesliga le echó el lazo. Pasó por el Werder Bremen, el Mainz y el Hamburgo hasta alistarse en 2008 en el Borussia Dortmund, en el que ha sido un goleador muy intermitente (seis goles en la Liga alemana) pese a su habilidad y perseverancia. En la selección se ha convertido en un ídolo para la hinchada. El año pasado fue decisivo en la victoria de Egipto en la Copa de África. Su popularidad también se ha multiplicado tras su romance con la actriz May Ezzedine. Hoy, frente a Estados Unidos, será baja, pero todos le esperan en la semifinal. Egipto se siente muy capaz.

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