Obstáculos a una boda
Una de las medidas más sonadas de las tomadas por el Gobierno del PSOE en su anterior legislatura, para gusto de unos y disgusto de otros, fue la aprobación de las bodas gays. Yo pensé poder acogerme a esa estupenda medida, pero resulta que la ley no está completa, o no han contemplado todos los casos. Tras haber vivido en Marruecos por motivos laborales y haber tenido que volver a España, dejé allí a mi pareja con la que he convivido durante mi estancia en el país magrebí. Y una vez aquí empecé los trámites para poder casarnos.
La única solución para llevar a cabo el matrimonio es hacerlo por poderes, pues no puede venir ni con visado turístico (las condiciones que pone el Gobierno español son casi imposibles de cumplir y las posibilidades de que le rechacen muy altas), ni con permiso de trabajo (con la que está cayendo, como para traer trabajadores de fuera).
Así pues, tras meses y meses de papeleo, entrevistas aquí y allí, incertidumbres (son los demás los que juzgan si nuestra relación es auténtica o de interés), el último paso era conseguir un poder de un notario marroquí, por el cual mi pareja autoriza a un español a que firme en su nombre el día de la boda.
Y claro, ningún notario marroquí va a dar fe de algo que es ilegal en su país, es decir, no puede certificar que un hombre se va a casar con otro hombre. Y ese paso es de obligado cumplimiento por parte del registro civil. Ni en el consulado, ni en el registro, ni los diferentes partidos políticos, ni defensores del pueblo ni nadie me da una solución alternativa. Dicen que al final el amor siempre triunfa. Cada semana que pasa me cuesta más creérmelo. Se admiten ideas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.