_
_
_
_
_
Reportaje:

A Londres con el gimnasio a cuestas

Nadal prepara Wimbledon en una piscina y viaja al torneo con las máquinas de fisioterapia

Rafael Nadal está en la piscina. Han pasado ya nueve días desde que perdió en la cuarta ronda de Roland Garros. Uno desde que dos jornadas de pruebas médicas en las rodillas hayan recomendado reposo, le hayan obligado a renunciar al torneo Queen's y hayan puesto en peligro su participación en Wimbledon, que arrancará el lunes. Aun así, el campeón no se solaza bajo el sol, sino que suda. La piscina no es una distracción. Es trabajo del duro. El número uno, que se juega el puesto, dedicó dos horas diarias al tenis y otras tantas a su físico mientras trabajaba en Mallorca, dividido entre la pista, el gimnasio, la camilla del fisioterapeuta y la piscina, donde sus articulaciones no sufren los impactos del suelo. No es suficiente por ahora. Nadal llegó ayer a Londres con un pesado equipaje: con él viajaban tres personas y las máquinas de termoterapia, mesoterapia y fisioterapia con las que se recupera de la tendinitis de inserción y el edema óseo que sufre.

"Hasta el viernes no sabremos cómo se adapta a la hierba", dice su médico

"Rafael ha trabajado muy bien el físico, con tiempos de recuperación cortos, gran intensidad y fuerza, buscando resistencia", dice Francis Roig, su asesor técnico, que acaba de cerrar un ciclo de cinco días de trabajo con el mallorquín en Manacor; "ha estado nadando en casa para hacer trabajo aeróbico. Joan [Forcades, preparador físico] ha quedado muy contento. Rafa está realizando una preparación correcta, cada día forzando más. No está a tope, pero queda tiempo. Ha ido haciendo máquinas y está bien".

"Veo bien la evolución de la lesión", coincidió ayer el doctor Cotorro mientras esperaba una llamada del tenista para saber cómo había ido su primera práctica sobre hierba: "Está entrenándose fuerte, pero hasta el viernes no sabremos cómo se adapta a la hierba, donde los apoyos son diferentes". El número uno estudia jugar ese día la exhibición de Hurlingham. Entonces sabrá si disputa o no Wimbledon. Falta conocer el estado de su mente, de sus equilibrios interiores, la perspectiva con la que mira Nadal al nuevo escenario. Luego, está el asunto de jugar en Wimbledon sin haber disputado un torneo de hierba previo como hizo Roger Federer antes de ganar en 2007.

"Lo mejor que tiene Rafael es la mentalidad", resume Roig, que junto a Toni Nadal, tío y entrenador del mallorquín, dedicó tiempo y palabras a reforzar el mejor arma de su pupilo, la que más ha sufrido: la mente, el músculo con el que Nadal mueve montañas. "Si alguien lo puede superar es él. Tenía Roland Garros en propiedad y perder le dejó fastidiado. A eso le daba vueltas porque llevaba un año excelente, con el número uno controlado, y ahora peligra. Lo hablábamos los tres: Toni, él y yo. 'Tienes que ver todo lo que has hecho, todo lo que puedes hacer, y no lo que has perdido', le decíamos. '¡Que son cuatro Roland Garros con 23 años y muchos para ganar otra vez!".

"Hemos insistido en intentar jugar más hacia adelante, en buscar más la pelota saliendo a por ella", dice Roig; "también ha trabajado bastante el saque, su dirección, que sea un poco más cortado y, a nivel de gesto, más suelto. Ha estado sacando muy bien cuando en la gira de tierra es algo que le costó más. En la hierba, el movimiento, el bote, todo es más complicado. Al no ir a Queen's, está claro que Wimbledon no es lo más fácil. ¡Pero no es lo mismo la primera semana que la segunda!". Si Nadal juega en Wimbledon, disputará dos torneos. En la primera semana, según el sorteo, puede verse sometido a grandes peligros. Si llega a la segunda, dicen los expertos, atención: el campeón andará suelto.

Rafael Nadal, antes de una sesión preparatoria.
Rafael Nadal, antes de una sesión preparatoria.JOSÉ JORDÁN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_