Una gran selección entre interrogantes
España, que no juega el torneo desde 2000, llega a Suecia con un equipo lleno de jugadores asentados en Primera
"Teníamos a Guti, a Valerón... Pero lo importante era la defensa. Ahí sí que andábamos fuertes". Quien así habla es Iñaki Sáez, el técnico de la selección española sub 21 cuando en 1998 ganaron el Europeo. Echaba a andar junio cuando Iván Pérez, conocido hasta entonces como el hermano de Alfonso, cabeceaba un balón suelto y firmaba el gol que daba la victoria a España sobre Grecia en la final del torneo. Era el segundo título de su historia, tras el logrado en 1986. Desde que Iván Pérez saltara a la fama, la selección ha vivido una larga travesía del desierto. No sólo no ha ganado ningún título, sino que desde 2000 no lograba clasificarse para la fase final. Ahora lo ha conseguido. Y no sin dificultades. Para lograr el billete, España se jugó la vida en una eliminatoria ante Suiza. Cayó en la ida (2-1) y en la vuelta tuvo que jugar la prórroga. Se salvó gracias a un gol en el último instante de Raúl García, premio a una generación que tiene una pinta magnífica.
La clasificación fue difícil. La prórroga ante Suiza la decidió un gol de Raúl García
Al menos, así lo creen Juan Ramón López Caro, el seleccionador, y los propios jugadores. "El techo está muy arriba porque calidad hay y también jugadores consagrados en Primera. Tenemos que pensar en salir campeones, no en hacer un buen papel nada más", comenta Raúl García. No le falta razón. En esta selección militan jugadores que llevan cinco temporadas en Primera, como es su caso. Y la inmensa mayoría son titulares. Los números lo demuestran. Azpilicueta y Raúl disputaron 36 partidos en la pasada Liga; Granero y Jurado, 35; Marcano, 34; Sergio Sánchez y Pedro León, 33; Javi Martínez, Capel y Pereira, 32... No será experiencia en la alta competición lo que les falte a los seleccionados. "Jugamos de forma táctica y somos técnicamente muy fuertes. Queremos ganar el Europeo por encima de todo", sentencia Bojan.
El optimismo se ha impuesto pese a que el equipo ha pagado un considerable peaje por culpa de la Copa Confederaciones, que ha requerido para la absoluta a tres indiscutibles de la sub 21 como Mata, Piqué y Busquets. Pero no hay hueco para la queja. Ni siquiera porque España haya quedado encuadrada en algo así como el grupo de la muerte, con Alemania, Inglaterra y Finlandia. El debut será hoy ante Alemania (20.45, Canal +), un rival dirigido por Horst Hrubesch, el gigantón que amargó la vida al Madrid en los ochenta ejerciendo de tanque en el ataque del Hamburgo. En su equipo destaca Gonzalo Castro, nacido en Alemania, pero hijo de españoles, que llegó a jugar con La Roja en categoría sub 19.
Más enjundia parece tener la selección inglesa. Sobre todo, porque en su nómina está Theo Walcott. El extremo del Arsenal, al que llegó en enero de 2006 procedente del Southampton a cambio de 17,5 millones, es el más joven en debutar con la selección absoluta de Inglaterra, en mayo de ese año, cuando tenía 17 años y 75 días. Su explosión definitiva llegó en septiembre pasado, cuando marcó tres goles en el 1-4 de Inglaterra a Croacia en partido de clasificación para el Mundial de Suráfrica 2010. Junto a él luce en el ataque Agbonlahor, delantero del Aston Villa que este curso ha marcado 10 goles en 26 partidos y que también sabe lo que es jugar con la absoluta, algo de lo que en España tan sólo puede presumir Diego Capel.
Pero la sub 21, que intenta heredar el estilo que marca su invicta hermana mayor, se ve en condiciones de aspirar a lo máximo. En el 86, con Luis Suárez al mando, lo logró un equipo formado por Ablanedo; Solana, Sanchis, Andrinua, Quique; Eusebio, Gallego, Roberto, Gabino; Eloy y Paco Llorente. Fue ante la Italia de Zenga, Donadoni y Vialli. Hubo empate tras sendos 2-1. En los penaltis, Ablanedo fue el gran protagonista al detener dos y dar el título a España. Diez años después, el destino cambió de ruta y llegó el gran fiasco, cuando el equipo perdió la final ante Italia en Montjuïc al fallar sus lanzamientos Raúl y De la Peña. Y en 1998, con Sáez en el banquillo, el cabezazo de Iván Pérez derribó a Grecia.
Mucho ha llovido desde entonces y España no ha levantado cabeza en una competición que hace dos años vio coronarse a Holanda, liderada por el mismísimo Drenthe, elegido el mejor jugador del torneo. A Holanda aspira a sucederla una España tan repleta de jugadores de altos vuelos como de interrogantes. "Antes había que echar mano de jugadores de Segunda. Ahora no hace falta. Todos son de Primera. Y titulares". Lo dice Sáez, campeón de Europa.
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