"Soy muy maruja, tope maruja"
Pregunta. Vuelve la tigresa de Figueras. ¿Por qué le ha dado por hacer esta nueva gira?
Respuesta. Me apetecía volver un poquito a las raíces clásicas, al conservatorio, donde hemos estudiado tantos años. Llevaba tiempo queriendo hacer una puesta en escena como ésta. De sensaciones, emociones, llantos, risas.
P. O sea, que ahora es más de Figueras que tigresa.
R. Pues en la vida personal, sí. Cuando llego a casa intento desconectar del personaje y centrarme en la familia.
P. ¿Por qué ha estado siete años callada?
R. Porque no tenía nada que decir.
P. ¿Sigue militando en ser un icono gay?
R. Cuando llegué a España la primera portada que se me ofreció fue Shangai Express. Ellos fueron los que me abrieron la puerta para poder trabajar aquí.
P. ¿Y continúa de folklórica posmoderna?
R. No, de folklórica tengo poco. Como profesional, me gusta evolucionar. Más que folklórica soy tecnológica.
P. La encuentro casi modosita.
R. El personaje es el personaje, y Mónica es Mónica [ríe]. Cuando me quito la producción, nadie me conoce por la calle.
P. ¿Sin pestaña ni tacones cunde la mitad?
R. ¿Cundir? Yo creo que subo [carcajada].
P. ¿Qué ha añadido a sus anteriores exabruptos y excesos?
R. En esta gira trabajamos en sinfónica, y cuando trabajas en clásico todo es más desnudo, y el personaje es más vulnerable.
P. Desátame. ¿Le va el sadomaso?
R. Para nada, pero para nada. Una cosa es que el personaje te sugiera algo. Pero lo hago como profesional.
P. ¿Se imagina de rollo dominátrix con Camps, con Bono o con Rouco?
R. Me es difícil [ríe]. Para empezar, Rouco no me inspira ningún morbo. Y las cuestiones políticas... Aprendí de pequeña que no importa quién gobierne si es buena persona. El actual presidente me parece que hace todo con muy buena fe. Gallardón, también.
P. La veo muy zen.
R. Soy muy tranquila. Y en casa tenemos costumbre de meditar, sí.
P. ¿Ya no muestra el tafanario a la menor ocasión?
R. ¿Yo enseñaba el culo?
P. Y añadía: "En cambio el chiriminingo no lo enseño".
R. Chiriminingo es la manera más elegante de llamarlo en Colombia. Lo mantengo. En casa siempre hemos practicado el nudismo. Y enseñarlo en una playa porque te apetece tomar el sol y darte un baño es algo maravilloso y liberador.
P. Antes, si no decía un taco o cualquier ordinariez cada dos minutos no se hallaba.
R. Han pasado siete años, muchas cosas que se llevan a cuestas, y te quedas siempre con lo bueno. Es lo que hace que te encuentres cada día más contigo misma. Las personas cambiamos. Y no es que nos volvamos más aburridas, sino más constructivas.
P. Sí, pequeño saltamontes.
R. No quiere decir que yo no siga soltando tacos, y me ría de las mismas cosas que antes, especialmente de mí misma. Yo sigo siendo una mujer dura e inconformista, angustiada, pero al mismo tiempo muy liberada.
P. En el cine hizo Marujas asesinas. ¿Definitivo?
R. Eso fue un favor a amigos. Yo no soy actriz, ni pretendo serlo. Lo que sí soy es muy maruja, tope maruja. Tope que te cagas.
P. Que se vea.
R. La comida tengo que hacerla yo; la cama tengo que hacérmela yo; y a la compra tengo que ir yo. El plumero no lo paso. Hay unas bayetas que atraen el polvo y que ya no lo levantan, porque tengo alergia. En mi casa se puede comer en el suelo.
P. Pues sí que es marujona, sí.¿Qué cantante asociaría a este punto suyo?
R. Cuando estoy cocinando o limpiando el polvo me pongo a Abba y a Boney M. Me dan buen rollo.
P. ¿Y nada de copla?
R. La copla no es marujil. Es más bien clásica. Yo soy más de adagio, de requiem. El día que empezamos a ensayar con la Sinfónica fue como volver al Liceo, al conservatorio, al olor a partitura.
P. Pues su último disco, Tarántula, no sé si recuerda a la Mónica araña o a la que no ha roto un plato.
R. Hombre, he roto algún plato, pero no he sido un trasto, sino muy disciplinada en el trabajo. Para cantar hay que serlo. Trasnochar, no; beber alcohol, no; drogas, tampoco. Esos platos no se han roto nunca. Me llama más la atención una buena cena con unos amigos y unas risas.
P. Yo creía que no se concedía ni un momento de gata de sofá.
R. ¿Tenía esa imagen? Pues a mí eso me va, y, sobre todo, que me estén acariciando.
P. ¿Y entre Tina Turner y el león de la Metro?
R. Hombre, Tina Turner es maravillosa. Una mujer llena de energía y de profesionalidad. El león de la Metro es más el personaje, mi personaje.
Perfil
Tiene 35 años y un hijo, vuelve a los escenarios y los micrófonos y cuenta que, en su vida personal, es muy feliz. Es ahora una Mónica sin aspavientos, cabezona y constante en su trabajo, que hace yoga y meditación, y tiene seis perros, tres gatos, tórtolas y erizos, con lo cual no se sabe si canta o dirige el zoo de Barcelona. Dice divertirse un domingo con césped, animales, barbacoa y rock and roll, "por llamarlo de alguna manera".
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