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Reportaje:Final de la NBA

Gasol el duro

El pívot de los Lakers entierra la etiqueta de blando y brilla más que nunca en defensa y agresividad gracias a su mejora física y mental

Robert Álvarez

La falta de agresividad y dureza estuvieron entre los argumentos más repetidos por bastantes especialistas para explicar la derrota de los Lakers ante los Celtics en la final de la NBA del año pasado. La prensa estadounidense fue especialmente dura con Pau Gasol. Le llegaron a bautizar con el apodo de Winnie the Pooh, el simpático y bonachón oso que aparecía en una popular serie de dibujos animados. Soft, blando, fue uno de los adjetivos que le dedicaron con más frecuencia. Doce meses después, la situación ha cambiado por completo. Nadie ve en Gasol al pívot fácil de intimidar y rebasar. Ahora es tan duro de pelar que desde Yao Ming hasta Dwight Howard, pasando por Boozer o Nene, se las han visto y deseado para superarle. Por si hubiera dudas, en diciembre volvió a vérselas con Kevin Garnett, Perkins y Powe, y salió airoso de un partido en el que sus acciones fueron decisivas para el triunfo de los Lakers.

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"Defensivamente he dado un pasito adelante", conviene Gasol. "Me dan mucha responsabilidad para defender a los jugadores peligrosos del equipo contrario y cuentan conmigo para que haga este trabajo. Estoy contento porque me dieron incluso un voto para uno de los equipos defensivos del año, aunque eso es anecdótico, por no decir otra cosa", agrega con sarcasmo; "pero bueno, se me reconoce el trabajo y estoy orgulloso por ello".

El 16 de los Lakers suma 1,3 rebotes más (10,6) y casi 2 puntos más (18,5) de media por partido que en los play offs de la pasada temporada. Además, ha reducido ligeramente su media de pérdidas de balón (de 2,1 a 1,9) y ha aumentado sus robos de balón (de 0,5 a 0,9). "Sabemos que los campeonatos se ganan con defensa y rebotes. Son dos factores muy importantes, sobre todo a este nivel de la temporada en que existe tanta intensidad, tensión y presión", explica. "Ofensivamente quizás a lo mejor no vas a tener siempre tu mejor partido, pero si trabajas en defensa y estás activo en otras facetas tienes una oportunidad para ganar".

Gasol, según varios medios estadounidenses, se ha redimido de las críticas del año pasado, especialmente en la final contra los Celtics, en la que promedió 14,7 puntos. Ahora no sólo ha mejorado su estadística, sino que ha sido uno de los culpables de que Howard, en el cuarto partido de la final, cometiera siete pérdidas de balón y fuera castigado por los árbitros tres veces por estar tres segundos en la zona esperando un pase que nunca llegó. El estrecho marcaje al que le sometió Gasol tuvo la culpa. "Defensivamente, hay que trabajar mucho para estar en constante contacto con él e intentar que no consiga llegar a posiciones cercanas al aro, bloqueando su rebote ofensivo. Y ofensivamente, siendo agresivo, atacándole, tratando de sacarle faltas", cuenta el pívot español.

Gasol admite que en las finales del año pasado, perjudicado por una lesión en un pie y molestias en la espalda, no estuvo pletórico físicamente como ahora. "No tenía fuerza ni energía al final, no pude rendir como quería. He trabajado a fondo para mejorar ese aspecto y ahora estoy tanto física como mentalmente mucho mejor", concluye. Los Lakers lo han agradecido y se han beneficiado de su extraordinaria capacidad para actuar tanto en la posición de cinco, emparejándose con Howard, como en la de cuatro, neutralizando a un jugador de características tan diferentes como Rashard Lewis. Con su talento, su versatilidad y su dureza, Gasol ha diluido las críticas de hace un año y ha convencido a todos de su importancia capital para que los Lakers ganen el anillo. Su primera oportunidad, esta madrugada (02.00, Canal+) en Orlando.

Gasol atrapa un rebote entre Nelson y Howard, en el cuarto partido de la final contra Orlando.
Gasol atrapa un rebote entre Nelson y Howard, en el cuarto partido de la final contra Orlando.REUTERS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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