Salto de siglos desde Óbidos
Del clásico manuelino de la localidad portuguesa a la arquitectura de Álvaro Siza en Bom Sucesso
Como españoles y portugueses somos hermanos siameses, hemos estado siglos mirándonos por encima del hombro. Ahora, unos y otros nos hemos vuelto menos arrogantes y da gusto viajar por Portugal, que contagia serenidad.
01 Una 'caldeirada', calles adoquinadas y viñedos
La villa amurallada de Óbidos tiene algo de cuento de hadas o de escenario romántico de Almeida Garrett. Su encanto es tan irresistible que, desde que en 1282 el rey Don Dinis se la ofreció como regalo de bodas a su esposa, todas las reinas portuguesas la recibieron como seña de amor. La ciudad quedó devastada por el seísmo de 1755 y perdió buena parte de su patrimonio; pero se ve que la belleza, como el amor verdadero, puede con todo, porque basta entrar en la Porta da Vila, revestida de azulejos del XVIII, para tener un pregusto de la felicidad que nos espera intramuros. Rebasamos la arcada, tomamos una calle que desciende y sentimos la emoción del tiempo detenido, como si los siglos hubieran pasado de largo dejando todas las cosas en su sitio de siempre. En sus calles adoquinadas, las casas blancas con bordes de azul radiante o ribetes amarillos se adornan con glicinas, geranios y buganvillas. En las correderas empinadas hay múltiples tiendas de cerámica y porcelana, de bordados y encajes.
Desde el castillo se atalayan el acueducto del XVI extramuros de la villa y suaves colinas de viñedo que producen buenos caldos, como los Quinta das Cerejeiras, Quinta de São Francisco o Gaeiras. Cuando Alonso Henriques ganó la plaza a los moros en 1148, se le alegró la sangre y construyó el Cruzeiro da Memoria y alentó la actividad vinícola en Óbidos.
Una laguna acaricia los pies de este otero que fue castro celtíbero, estación comercial de los fenicios y enclave visigodo hasta que los árabes trazaron el actual caserío, la muralla y el castillo. Los barcos a motor tienen prohibida la navegación por las aguas salobres de la laguna de Óbidos, y acaso por eso es un vivero de pescado riquísimo. Se comprueba con una caldeirada da lagoa y un rubalo (lubina); luego trasiego una ginginha, un licor de guindas. En lo alto del teso, el castillo es ahora una pousada con puertas manuelinas. Una pasada con la que se atreve a competir la Casa das Senhoras Rainhas, un hotel adosado a la muralla. Hay en la torre una habitación deluxe con una vista prodigiosa del Santuário do Senhor Jesus da Pedra. Todas las habitaciones tienen el nombre de una reina portuguesa y en el restaurante ofrecen marisco y cabrito asado con hierbas y arroz. Con el primero se puede catar un Quinta de S. Francisco blanco; con la carne, un Sanguinhal 2004 que desde su nariz revela la fineza de las cepas de cabernet sauvignon y syrah que luego me entregará en boca.
02 Edificios con cobertura vegetal
Al oeste del Oeste resuella el mar; pero a este lado de la orilla, la arquitectura tradicional dialoga en buenos términos con las nuevas propuestas de 23 arquitectos, casi todos portugueses, que construyen en Bom Sucesso, una pedanía de Óbidos, 600 chalés, un hotel y una zona comercial y de servicios que se ofrecen como una referencia fundamental en la arquitectura contemporánea. Álvaro Siza, David Chipperfield, Gonzalo Byrne, Souto Moura o Josep Llinás son los florones que dan lustre al Design Resort Bom Sucesso. Cada autor ha tenido que conjugar su poética personal con el respeto a las reglas comunes del proyecto, que impone la cobertura vegetal de todas las edificaciones, de manera que desde el aire el conjunto se camufla en el green del campo de golf. La composición, abstracta y clara, y la reducción plástica a lo esencial, sin alardes ni ornamentos constructivos, convierten este conjunto en una lección de cómo intervenir en el paisaje para domesticarlo sin estragos. El tránsito del manuelino a la ultramodernidad confirma que todo pasado es prólogo y desdibuja la antigua condición periférica y anacrónica de Portugal, cuando una casa portuguesa era com certeza, uma casa portuguesa.
03 Foz do Arelho: aguas frías y calientes
Foz do Arelho es un pueblo litoral con una playa en la que confluyen la laguna de Óbidos y las olas del Atlántico. Se puede elegir entre las aguas mansas y cálidas de la laguna salada para nadar o navegar y las más frescas del océano para el surf. A poniente hay huellas de dinosaurios y un poco más allá está la Praia d'el Rey con un campo de golf de 18 hoyos. Me llevan a comer al chiringuito de la playa de Rio Cortiço, un sitio romántico y familiar con pescados a precios de los de antes. Susana y Pedro lo abrieron hace 11 años y ahí siguen dando unas amêijoas à Bulhão Pato de toma pan y moja. El nombre de este plato no se lo dio su creador, sino un poeta portugués que tenía por entrada sine qua non esta receta de sofrito de ajo en aceite de oliva y vino blanco batido con mostaza.
04 Caldas da Rainha
A nueve kilómetros por la A-8 está Caldas da Rainha, donde la reina doña Leonor fundó, en el siglo XV, el primer hospital termal para dar provecho a las aguas curativas de cinco manantiales. El hospital sigue funcionando como una de tantas huellas del viejo esplendor.
Caldas es las termas y la deliciosa candidez de la cerámica Zé Povinho o Tobias, cuyas piezas naïf y picarescas replican las célebres creaciones decimonónicas de Bordalo Pinheiro. Vale la pena visitar su museo, un prodigio que convierte los peces, la caza o las hortalizas en platos o soperas en los que espejea la ironía.
Más información en la Guía de Portugal
Guía
Domir
» Casa do Relógio (00351 262 95 92 82; www.casadorelogio.com). Rua da Graça, 12. Habitación doble, 60 euros.
» Pousada Casteló de Óbidos (00351 262 95 50 80; www.pousadas.pt). Paço Real 2510 (Óbidos). La doble, desde 190 euros con desayuno.
Comer
» Casa das Senhoras Rainhas (00351 262 95 53 60). Rua Padre Nunes Tavares, 6 (Óbidos). Desde 35 euros.
» Rio Cortiço. Chiringuito. Pescados y mariscos. Romántico y familiar. Unos 15 euros.
Compras
» Faianças Artísticas Bordalo Pinheiro (00351 262 83 93 80; www.fabordalopinheiro.pt). Rua Rafael Bordalo Pinheiro, 53. Caldas da Rainha.
» Quinta do Sanguinhal (00351 262 60 91 90; www.vinhos-sanguinhal.pt). Bombarral. Situada en el centro de la región vinícola de Estremadura, adega antigua.
Información
» Oficina de Turismo de Óbidos (www.obidos.pt). La localidad se sitúa a 75 kilómetros al norte de Lisboa por la A-8.
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