Detenido en Albania el agresor de Moreno liberado por error
Bushi escapó tras un malentendido entre el juez y la policía
Astrit Bushi se creía a salvo de todo oculto en casa de su mujer, en su pueblo natal, Lac (Albania). Tras hacerse famoso por haber apalizado salvajemente en su chalé al productor televisivo y ventrílocuo José Luis Moreno y tras ridiculizar a jueces, policías y guardias civiles con una fuga de vodevil de los juzgados de Alcobendas (Madrid), Bushi despertó de su sueño de libertad a las siete de la mañana de ayer, cuando decenas de agentes asaltaron su casa.
Noventa agentes albaneses, acompañados de dos guardias civiles, participaron en la detención de Bushi, de 30 años, jefe de una banda a la que se le adjudican decenas de atracos en casas en España, la mayoría con violencia. El enorme despliegue no era por temor a una gran refriega con Bushi (pese a que dormía con una pistola checa CZ 75), sino a una reacción popular al arresto de un hombre que para los suyos ha sido fuente de provisión gracias al éxito de sus negocios en España.
El jefe de la banda de asaltantes estaba en su pueblo natal, en casa de su mujer
Bushi llevaba semanas escondido en Lac, donde, pese a que no volver a casa es una máxima de seguridad para el delincuente huido, hacía vida normal. Había llegado allí tras salir de España en coche por la frontera pirenaica, enlazar con Grecia y tocar tierra albanesa. Antes de iniciar el periplo, estuvo escondido en España hasta que su cara dejó de salir en los medios a cuenta del ridículo que hizo pasar a jueces y fuerzas de seguridad en Alcobendas.
Astrit Bushi había sido detenido en noviembre de 2008 como líder de la banda que asaltó la casa de José Luis Moreno, en Boadilla del Monte (Madrid), y que agredió brutalmente al artista y productor. Fue a la cárcel del tirón, pero en un traslado a un juzgado recobró la libertad, en un asombroso caso de descoordinación. El 31 de marzo fue trasladado a Madrid desde el centro penitenciario de Puerto III (El Puerto de Santa María, Cádiz) para comparecer en un juzgado de Alcobendas, por un asunto distinto del de Moreno.
El juez de este segundo caso lo interrogó y decretó su libertad. Bushi salió del juzgado con su papel de libertad, que mostró a los agentes de custodias. Ni el juez advirtió a los policías que debían retornar al delincuente a los calabozos para volver a prisión provisional ni los policías fueron advertidos por los guardias civiles que se lo entregaron en el calabozo ni nadie comprobó nada. Le quitaron las esposas y Bushi salió andando de los juzgados y, al dar la vuelta a la esquina, corrió todo lo que pudo.
El escándalo fue mayúsculo, con acusaciones cruzadas entre jueces y policías, y un tremendo enfado del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se había fotografiado con José Luis Moreno tras el arresto. Bushi estuvo cuatro días escondido en un piso de Madrid y luego se marchó a Barcelona, donde se apalancó una semana hasta salir hacia Francia. El delincuente pasará ahora un tiempo en cárceles albanesas, donde se le acusa del asesinato de un policía y otros delitos. Cuando fue detenido, los guardias civiles de la Unidad Central Operativa comunicaron el éxito a Madrid. Rubalcaba telefoneó a Moreno, a quien la fuga de Bushi le metió el temor en el cuerpo. Ayer estaba "aliviado, tranquilo y seguro". Y el incidente judicial y policial camina hacia el archivo.
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