Sufrimiento del Barça

Con todo el sufrimiento del mundo, hasta el punto que Cook, base del Unicaja, tuvo el tiro ganador en el tiempo reglamentario, el Barça discutirá con el Tau el título de la ACB. En un partido agónico, los azulgrana se impusieron por su mayor entereza en la prórroga, donde los malagueños llegaron demasiado tocados física y mentalmente. Les pesó sin duda la gran oportunidad perdida en el último ataque donde a Ndong, a tres metros del aro y con sólo Navarro delante, le tembló el pulso y se la dio a Cook, en peor posición. Lo que son las cosas. La jugada fue una repetición del desenlace de la final de Copa, donde fue Archibald el que hizo de Ndong. Dos dudas, dos títulos perdidos. Tampoco ayudó mucho en las mentes de los jugadores de Aito una estadística demoledora. Se jugaban la temporada en una suerte como es la prórroga donde presentaban un balance demoledor. Siete veces la disputaron durante esta temporada, siete derrotas cosechadas. Con tanta mala vibración se desencajaron por completo y sumaron la octava. La peor.

El equipo malagueño rozó el triunfo, pero Ndong falló el tiro decisivo

El encuentro fue de difícil digestión. Trabado, tremendamente defensivo e incapaz de coger vuelo. Ni unos ni otros consiguieron jugar de forma fluida más de dos minutos seguidos, por lo que a la vista de cómo estaban las cosas, gastaron casi todas sus energías en la tarea defensiva. El Unicaja lo tenía claro desde el principio. Había que desactivar a Navarro. Gomis y Cook se fueron turnando en un seguimiento axfisiante que durante muchos minutos dio sus frutos. De hecho el alero azulgrana no consiguió en todo el partido ni una sola canasta de dos puntos. Pero como veterano curtido, supo esperar su momento. Llegó en la prórroga con el cupo de faltas de Unicaja cubierto. En esos momentos, pidió la pelota y resolvió. Un triple, dos tiros libres y una asistencia.

Mientras le aguantó su puntería en los triples (9 de los 12 primeros lanzamientos), el Barça pudo dominar el partido. Más o menos le duró hasta el descanso (45-38) tiempo a partir del cual la defensa malagueña dio un paso adelante. Empezando por la extraordinaria presión de sus jugadores exteriores, sobre todo de Cook y Gomis, y terminando por la intimidación de Ndong, muy errático en ataque pero siempre presente en defensa, el Barça dejó de encontrar su mejor vía de anotación. Poco a poco Unicaja fue acortando la distancia hasta que una canasta de Cabezas dejó la semifinal en un minipartido de seis minutos (61-61), que al poco se redujo a uno de dos (70-70) y terminó en un todo o nada de 37 segundos (72-72). Atacó el Barça, perdió el balón Navarro y Unicaja tuvo la final en sus manos. Pero las dudas de Ndong les llevaron a un terreno pavoroso para ellos.

Como en la otra semifinal, el factor cancha ha resultado decisivo. Unicaja puede irse de vacaciones satisfecho por su oposición, de mayor mérito aún si se tiene en cuenta que Haslip y Berni, dos jugadores capitales, no han podido ayudar. Al Barça mientras tanto le espera el Tau sediento de venganza por lo ocurrido en la Euroliga. Son los dos mejores. No debe de extrañar que se vuelvan a cruzar en la final.