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Detenida la mayor banda de ladrones de casas de Madrid

El 'clan de los yugoslavos' usaba a mujeres para robar por el método del 'resbalón'

Llevaban persiguiéndoles casi seis meses. La policía, en concreto agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, los detuvo la madrugada del pasado lunes. Eran 42 miembros de una banda organizada de ladrones de casas. Una cuadrilla criminal con las tareas divididas por sexos. Los hombres se dedicaban a vigilar, a esperar, a contar las ganancias y a vender la mercancía. Las mujeres, a entrar en los domicilios y llevarse los objetos brillantes, a ser posible de oro. La policía les atribuye más de 500 robos en el último año, aunque formalmente están acusados de 90.

En total, se han hallado en bolsas de basura enterradas en un jardín hasta seis kilos en joyas. Además de 200.000 euros en billetes de 500. Una minúscula parte del botín que este clan de los yugoslavos (en su mayoría eran croatas, serbios, macedonios y bosnios) ha ido fundiendo para su posterior venta a cuatro peristas, que también están detenidos. Hay 23 hombres y 19 mujeres arrestados. La relación entre ellos era, según un mando policial, "como la de un chulo con su prostituta". Aunque ellas, familiares en su mayoría, estaban de acuerdo con el "negocio".

Las mujeres, las últimas en el escalafón jerárquico junto a más de una treintena de menores usados en labores de apoyo a los robos, entraban en los domicilios con el sistema del resbalón, que consiste en introducir un plástico duro por la ranura de la puerta y hacer ceder así la cerradura. En este caso, utilizaban una botella de refresco cortada. Siempre llevaban "un kit de supervivencia" que consistía en unas tijeras, 50 euros y el plástico. Las tijeras servían para, en caso de tener que tirar el resbalón original, fabricar otro rápidamente. El dinero, por si la huida salía mal y necesitaban un taxi.

La mayoría de los detenidos vivía en infraviviendas de la Cañada Real Merina, una vía pecuaria orillada a un lado de la carretera M-203. Sin embargo, 11 de los miembros del clan residían en Reus (Tarragona). Estos últimos eran los jefes y poseían enormes chalés y hasta siete coches de más de 100.000 euros cada uno. Y es que, en lo relativo a vehículos, la banda estaba bien pertrechada. Tenían hasta 30.

Los coches servían para llevar a las chicas al trabajo y para recogerlas después. Unas tareas que hacían con extrema cautela. Por ejemplo, si viajaban en metro salían y entraban varias veces por distintas bocas del suburbano, de tal modo que los agentes que las seguían quedaban al descubierto. Otro truco que usaban para despistar a los policías era el de detenerse en los semáforos aunque estuvieran en verde.

Los hombres, además de trasladar a sus compinches al lugar elegido, se quedaban vigilando desde algún bar o un banco. Los barrios escogidos eran de clase media, como Tetuán u Hortaleza, aunque han robado en casi todos los distritos y, además, en Toledo y Guadalajara.Después del robo, la banda blanqueaba los beneficios obtenidos con sus actividades ilícitas mediante la compra de inmuebles en Tarragona, transferencias internacionales o a través de testaferros. A los arrestados les imputan también los delitos de receptación, asociación ilícita y blanqueo de capitales.

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Los ladrones empezaban a trabajar muy temprano, desde las ocho de la mañana. Aguardaban a que toda la familia saliese de la casa. Después entraban y se llevaban los objetos pequeños de valor. Muchos de estos robos aún no han sido descubiertos porque apenas revolvían en los domicilios. Tampoco eran violentos. Entre otras cosas, porque nunca se topaban con los propietarios.

En la operación, ordenada por el Juzgado de Instrucción 32 de Madrid, aunque procede de la UDEV, han participado todo tipo de siglas policiales (UDYCO, BPPJ, BPED, BPSC-UIP, GOIT, Centauros y Zodiacos). Además de las comisarías de Villa de Vallecas, San Blas, Hortaleza, Centro, Coslada y Torrejón de Ardoz. De hecho, han trabajado en este caso durante estos meses hasta 200 agentes.

Una movilización muy numerosa por las grandes ramificaciones de la trama, que también actuaba en Italia, Francia y Portugal. Algunos de los miembros llevaban pasaportes de esas nacionalidades, una documentación que estaba falsificada. Eso sí, quienes disponían de esos pasaportes eran la rama glamurosa de la organización.

Los miembros de la banda eran de la etnia gitana romí. Las mujeres que estaban en el escalafón más bajo, o sea, las que entraban en los pisos, iban vestidas con largas faldas de colores. Algunas de ellas eran a su vez subcontratadas por otras mujeres del clan.

Para comunicarse entre ellos utilizaban llamadas telefónicas. De hecho, entre los objetos incautados que la policía exhibió ayer sobre una larguísima mesa ovalada de madera había más de una decena de teléfonos móviles.

Los agentes esperan un nuevo aluvión de denuncias de ciudadanos conforme nuevas víctimas descubran los robos. La página web de la policía pondrá a disposición de todos los ciudadanos los objetos robados en 15 días, una vez se fotografíen las más de 2.000 piezas de joyas recuperadas, para que cualquiera pueda identificar sus pertenencias si ha sido víctima de uno de estos robos.

Objetos robados por la banda de los yugoslavos.
Objetos robados por la banda de los yugoslavos.

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