Uno de cada tres fallecidos en la carretera superaba la tasa de alcohol
Un estudio de Tráfico atribuyee a los conductores la mayoría de los accidentes
Otro mito se ha caído. Ni el mal tiempo, ni la dispersión de la población, ni el estado de las carreteras son las claves que explican los accidentes de circulación que ocurren en Galicia. En contra de la tendencia generalizada de ver un siniestro de tráfico como algo casual o en atribuirlo a las peculiaridades territoriales y meteorológicas, es el "comportamiento humano" la causa principal de los accidentes en las carreteras gallegas. Un comportamiento al volante que es "con demasiada frecuencia distraído, desatento y vulnerador de las normas establecidas".
A ello hay que añadir una cierta costumbre "cultural del consumo de bebidas alcohólicas". A una gran mayoría de gallegos aún le cuesta ver como peligrosa la asociación de alcohol y volante. Basta un dato para avalar esta afirmación: las autopsias realizadas a 119 fallecidos en accidentes de tráfico revelaron que el 33,6% superaba el índice de alcoholemia permitido. El 23% de los muertos por atropello también.
La A-55 convierte a Mos en el municipio gallego con más accidentes
Un informe de la Guardia Civil revela que el 33,5% de los fallecidos había bebido
Siete de cada diez percances se producen en días con buena visibilidad
Así de insólitas y reveladoras resultan las conclusiones del exhaustivo informe sobre la siniestralidad en Galicia realizado por la agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, por encargo de la Fiscalía Superior. Nunca antes se había hecho un análisis tan pormenorizado y amplio de algo que ocurre con tanta frecuencia como un accidente de circulación: se producen 32 diarios en la comunidad autónoma.
"Que nadie busque excusas en la lluvia o el asfalto, detrás del accidente está el comportamiento del conductor", insistió el responsable en Galicia de Tráfico de la Guardia Civil, el teniente coronel José Luis Ulla. Dirigió este amplio estudio sobre los siniestros registrados en las carreteras gallegas en 2007 y 2008, además de analizar de forma muy pormenorizada las causas y consecuencias de los 1.134 accidentes mortales o con heridos graves ocurridos en un periodo de ocho meses: de noviembre de 2007 a abril de 2008, más julio y agosto de ese año.
Hacía buen tiempo cuando se produjeron siete de cada diez percances. Por lo tanto, la lluvia no es, ni mucho menos, causa principal de la siniestralidad. Y al situar en un mapa las localizaciones, resulta que 18 de las 53 comarcas gallegas, que suman el 60% de la población, concentran dos tercios de los accidentes en carretera. Son "zonas calientes de circulación" que se corresponden con el entorno de las siete grandes ciudades y con los ejes de enlace entre vías principales. Se desmonta así la creencia de que la dispersión de la población y el ámbito rural sean las principales causas de los siniestros de tráfico.
Que los atropellos sean cosa del ámbito rural es "otro mito que echa por tierra" este informe. Dos tercios de los accidentes son por colisión o salida de vía, salvo en la provincia de A Coruña. Allí la mayor parte de los siniestros se produce por atropellos de peatones, "en muchos casos en zonas urbanas" o periferias de las ciudades. En Lugo, uno de cada tres percances es por el atropello de animales.
"Los problemas de infraestructura y señalización de las carreteras tienen muy escasa incidencia en la producción del accidente", concluye el informe de forma tajante. Algunas vías tienen "problemas de configuración" que requieren nuevas infraestructuras o corregir algún tramo. El caso más evidente es la autovía A-55 que une Vigo y la frontera portuguesa. A su paso por Mos se producen muchos percances, lo que convierte a este municipio en el que tiene la mayor tasa de siniestralidad de Galicia. Pero ahí no está el principal problema.
"Si algo puede criticarse de las carreteras gallegas es su excesiva convivencia con el tejido urbano, que acaba englobando en el mismo espacio vehículos en movimiento urbano e interurbano, además de peatones". El ejemplo típico es la N-550 que atraviesa Galicia entre A Coruña y Tui, "casi convertida en una travesía de continuidad". La Guardia Civil llama, a la hora de planificar nuevas vías, a una "necesaria e imprescindible separación de tráficos".
Las causas principales "y determinantes" de los accidentes son la infracción de las normas, la distracción y la velocidad. En cuarto lugar aparece el alcohol, que es un factor aún más importante de los siniestros graves o mortales. Los datos son incompletos, ya que no se realizan controles de alcoholemia a los heridos graves. Pero un informe inédito del Instituto de Medicina Legal, incorporado al estudio de Tráfico, revela que el 33,5% de los conductores fallecidos al volante estaba bajo la influencia del alcohol. El 8,5% había ingerido drogas, principalmente cocaína, en niveles "suficientes para interferir en la conducción de un vehículo". De los varones de entre 41 y 50 años fallecidos analizados, el 60% había bebido alcohol. Conducir bajo sus efectos también es "el delito estrella" de las actuaciones judiciales en Galicia por infracciones al volante.
Otro dato importante: más de la mitad de los conductores accidentados reside en el municipio en el que tuvo el percance o en el vecino. Ocurren por lo tanto en trayectos cortos y muy a menudo bien conocidos por quien lleva el volante. El 72% de los implicados en accidentes no había cometido antes infracciones de circulación, aunque los que tenían antecedentes reinciden con mucha frecuencia.
Las cifras del estudio
- Cada día se registran 32 accidentes de circulación en Galicia: 11 en carreteras de Pontevedra, diez en A Coruña, seis en Lugo y cinco en Ourense.
- El 2% de los siniestros fueron mortales.
- Dos de cada tres accidentes ocurren en 17 de las 53 comarcas gallegas, donde reside el 60% de la población.
- Colisiones y salidas de vías representan dos tercios de los siniestros en carreteras. Salvo en Lugo, donde la mayor parte de los accidentes son atropellos de animales, y en A Coruña, donde el atropello de personas es el accidente más frecuente.
- Más de la mitad de los conductores accidentados reside en el municipio o en el colindante al que se produjo el siniestro.
- El 7,5% de los conductores accidentados no llevaba el cinturón de seguridad. Sin casco, circulaban el 4,3% de los conductores de dos ruedas.
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