Verdasco y López, caminos opuestos
Verdasco y Feliciano, campeones de la Davis, viven un 2009 radicalmente opuesto
París
La madrugada ha roto hace un buen rato y Feliciano López sigue en la pista de baile junto a Fernando Verdasco. Suena Azúcar Moreno y la noche descuenta minutos de fiesta. No hay tenistas bailando. Hay héroes, campeones, dos jugadores redefinidos. Ocurre en noviembre de 2008 y España celebra la Copa Davis conquistada en Mar del Plata. La pista reúne a los dos amigos que han llevado al equipo hasta el triunfo. Desde ese momento, siguen caminos opuestos. Sirva Roland Garros de ejemplo. Verdasco arrolla ayer a Petzschner (6-1, 6-2 y 6-3) mientras le observan tipos de gran prestigio. Está Gil Reyes, hierático, inmóvil, igual que un tótem indio. Le acompaña Darren Cahill, El Asesino, ese técnico que ha rechazado a Roger Federer y que le observa sin permitirse un guiño. Feliciano, mientras tanto, juega ante Tipsarevic. Es un partido solitario. El contraste es amargo: Feli ya no trabaja con José Perlas, ha vuelto de Barcelona a Madrid y se ha puesto a las órdenes de Francisco Pato Clavet. No sirvió, por ahora, de nada. Está eliminado (6-7, 6-4, 7-6 y 6-3).
"Empecé el año perdiendo un partido dramático en Australia", dice Feliciano; "me lesioné en Marsella y eso me fastidió bastante. En Miami recuperé el nivel y perdí un partido durísimo contra Fer". Mientras Feliciano se estancaba en el número 30, mientras volvía a Madrid -"uno echa de menos su casa"-, Verdasco se instalaba entre los diez mejores, viajaba a entrenarse a Las Vegas y se marcaba ambiciosas metas. El objetivo, dice Reyes, es el número uno de Rafael Nadal, que ganó a Gabashvili (6-1, 6-4 y 6-2). El sufrimiento, su método.
"Nadie quiere que se le deshaga el cuerpo en dolor durante un partido", dice Reyes; "y uno se protege. A Fernando le dije: '¡No! Tu mejor yo está al otro lado de la fatiga. Date en la frente con ella. Al otro lado, te espera todo lo bueno: ver a tu rival ahogado, acabándose. Entonces, le das el golpe, el knockout". Verdasco ha capitalizado el triunfo de Mar del Plata. "Le demostró que, mentalmente, puede manejar la presión de las grandes ocasiones", dice Cahill; "es un hombre maravilloso con un gran corazón. Tiene mucho talento. Ha desarrollado un segundo servicio pesado y consistente. Eso le libera para ser un poco más creativo con el primer saque. Su derecha siempre ha sido un gran tiro, aunque creo que ahora la usa con más variedad. Lo que ha mejorado más es el revés: ya no es un golpe contra el que se puedan dirigir sus rivales sintiéndose seguros. Puede romperlo".
Feliciano vive un martirio. Pato Clavet, un estajanovista, es la solución para una negra estadística: sólo ha ganado dos partidos seguidos en dos ocasiones este año y llegó a disputar un torneo menor (challenger) para recuperar la confianza perdida. Clavet describe su actitud como "positiva". "No sé cómo le irá", dicen quienes le conocen bien, sorprendidos por que debute como técnico junto a un tenista a ratos genial, a ratos perdido, siempre pendiente de sus sensaciones. Se va Feliciano. Sigue Nando. El madrileño tiene ahora una prueba tremenda. En París ya se juega en serio. Le espera Nicolás Almagro.
Otros resultados de la segunda ronda: Hombres: N. Almagro-E. Gulbis (Lit.): 6-7(4), 7-6(5) y 6-3; D.Ferrer-N. Kierfer (Ale.): 6-3, 5-7, 6-4, 3-6 y 6-2. A. Murray (RU)-P. Starace (Ita.): 6-3, 2-6, 7-5 y 6-4. Mujeres: C. Suárez-L. Hradecka (R. Che.): 6-2 y 6-4.
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