'Tango fire', seducción garantizada
La seducción que el tango despierta en la mayoría de los seres humanos convierte los espectáculos de este género en éxito seguro. En Barcelona, una de las capitales del mundo en las que más se aprecia este baile, existen numerosas asociaciones de milongas que se citan con regularidad. Es lógico, pues, que el pasado martes el teatro Victoria de Barcelona se llenara de aficionados para aplaudir el estreno de Tango fire, calificado como uno de los montajes más sensuales procedente de Argentina, que recala en el escenario barcelonés hasta el 14 de junio.
Este espectáculo está interpretado por 10 magníficos bailarines dirigidos por Yanina Fajar y Nelson Celis a los que acompañan en directo un brillante cuarteto musical, sin duda una de las mejores bazas de este rutilante show, integrado por Gabriel Clenar al piano, Hugo Satorre al bandoneón, Marcelo Rebuffi al violín y Gerardo Scaglino al contrabajo.
El espectáculo llega desde Argentina y recala en el Victoria hasta el 14 de junio
En la primera parte del espectáculo, que en conjunto dura dos horas, el espectador se sumerge en los ambientes donde se desarrolló el tango en sus años de plenitud, de 1940 a 1950, con piezas de Ernesto Ponzio, Carlos Gardel y Pedro Laurenz, por citar a tres de los más conocidos. La acción se sitúa en un café porteño donde apuestos hombres y bellísimas mujeres bailan con un gran dominio técnico ejecutando los pasos a base de endiabladas combinaciones de cruces, punteos y quedes. Los pies de los intérpretes se mueven a una velocidad electrizante mientras sus cuerpos se enlazan con aparente pasión. Estamos ante un tango felino teñido de nostalgia, un relato que se escribe con los pies y se vive con el cuerpo.
Las primeras escenas muestran un excelente trabajo coral, pero la fuerza de este montaje reside en el trabajo de cada una de las parejas que interpretan los diferentes estilos de tango, desde el porteño, marcado por su bello vals, al tango apache, pasando por el clásico. Sorprende, vista su madurez intepretativa, la juventud de los intérpretes, lo que impregna este Tango fire de agilidad y energía. A lo largo de la representación se intercalan las interpretaciones del cantante argentino Rodrigo Flores, alumno del Taller de Músics.
La segunda parte incluye coreografías más modernas y sofisticadas que demuestran la evolución de este género. Se ejecutan acompañadas de la música de Astor Piazzolla y Eduardo Arolas. Aquí el tango se vuelve más acrobático y dinámico, al tiempo que el cuarteto musical tiene una mayor participación.
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