Gallinas sin estrés
Las nuevas normas de bienestar animal obligan a reconvertir las granjas
El sector ganadero español afronta desde hace meses una profunda crisis por los altos precios de los piensos y la caída de las cotizaciones de las diferentes producciones. Esta situación se ha traducido en cierres masivos de explotaciones y en un duro ajuste de censos en las cabañas.
En este escenario de datos negativos, los ganaderos deberán adaptarse a la nueva normativa comunitaria sobre bienestar animal desde las granjas hasta el transporte y el sacrificio. Las nuevas disposiciones, que entrarán en vigor a partir de 2013, según las estimaciones del sector, aumentarán los costes por un montante cercano a los 1.000 millones de euros. A esa cifra se añaden unos elevados incrementos de costes que afectan al sacrificio y, sobre todo, al transporte.
Las gallinas deberán tener un espacio para poner huevos en la intimidad
El sector estima en unas 2.000 las empresas especializadas de camiones dedicadas al transporte de animales, que deberán asumir un coste de unos 2.500 millones de euros sobre todo por la implantación obligatoria del GPS, a los que se suman los mayores gastos por horas de descanso o limitación de recorrido.
La avicultura de puesta, con más de un millar de granjas industriales, una producción a la baja de casi 900 millones de euros y más de 40 millones de gallinas, será la más perjudicada por las nuevas normas comunitarias sobre bienestar animal.
La normativa actual exige un espacio mínimo de 550 centímetros cuadrados por animal en cada jaula. Con la nueva reglamentación, ese espacio por animal se eleva a 750 centímetros cuadrados. Igualmente se contempla la obligatoriedad de colocar arena en los suelos para que puedan escarbar y que dispongan de palos como albergadero o acebadero. En cada jaula, las gallinas deben tener también un nido donde poner el huevo. Ese nido es un espacio protegido por una cortinilla para que la ponedora tenga una cierta intimidad a la hora de poner el huevo, separada del resto de los animales.
Para la Asociación de Productores de Huevos (Aseprhu), sólo estas exigencias van a suponer un incremento de los costes de producción en España de un 7%. El hecho de poder colocar menos animales por jaula supone la necesidad de disponer de un mayor espacio para el mismo número de aves. La nueva exigencia supone igualmente la necesidad de ampliar los espacios de los pasillos entre jaulas. Todo ello conlleva en muchos casos la necesidad de ir a unas nuevas instalaciones para tener el mismo número de animales. Adelantándose a esas exigencias, ya se están comercializando en el mercado huevos de ponedoras al aire libre como huevos sin estrés.
El cumplimiento de estas exigencias se estima necesita unas inversiones de más de 600 millones de euros. Para los representantes del sector, si a este nuevo coste se añade la prohibición de utilizar en los piensos harinas de carne, la eliminación de los estiércoles o el cumplimiento de los planes sanitarios, producir una docena de huevos en un país comunitario sería un 32% superior al de un tercer país. La Unión Europea es un neto importador de huevos.
En este escenario, los avicultores han reclamado a la Administración apoyos para adaptar las granjas y evitar que siga la caída de la cabaña y la mayor dependencia exterior.
En el sector de los pollos, las exigencias de bienestar animal aprobadas por la UE se han redactado en función de los países del norte. En España, donde existen más horas de luz y las granjas son explotaciones abiertas, las instalaciones ya cumplen sin problemas esas condiciones. Los pollos se crían en naves con luz, a razón de 30 kilos de carne por metro cuadrado y se engordan en una media de 45 días. Igualmente ha tenido un fuerte impulso la producción de pollos en libertad o de corral, animales que, en el caso del grupo Coren obtuvieron la calificación de "pollos sin estrés" para su comercialización con ese logotipo en el mercado inglés
Una situación similar se plantea en el sector del porcino. Para la organización de productores Anprogapor, las granjas españolas cumplen hoy las exigencias para la cría de lechones, cerdos de cebo o de madres. No existe como manejo de explotación el animal atado. Lo mismo sucede con el vacuno de carne o de leche, donde las granjas apenas si requieren cambios. Sin embargo, la nueva normativa supondrá en todos los casos un fuerte aumento de los costes de transporte al exigirse menos volumen de carga en los camiones.
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