El jardín botánico del Círculo Polar
Una vuelta a Islandia en bicicleta, con paradas en Akureyri, cuyo microclima permite el crecimiento inusual de árboles y plantas, y en las cataratas de Dettifoss, las más caudalosas de Europa
En medio siglo, la enigmática Islandia pasó de ser el país más hambriento de Europa a uno de los más ricos, con desempleo cero y precios prohibitivos. Pocos españoles podían viajar a este "regalo para los hombres", en palabras de Borges, aquel que Verne situó a las puertas del centro de la tierra, y sus primeros colonos, "más allá de donde nace el viento norte". Pero con un país al borde de la bancarrota y un euro poderoso que vale el doble que en 2007, visitarlo está al alcance de más bolsillos. Y más aún para los cicloturistas. En verano hay vuelo directo y económico, y resulta asequible pernoctar en granjas y cabañas.
Algo más extensa que Andalucía, la isla dispone de 13.000 kilómetros de caminos, casi dos tercios sin pavimentar para martirio de visitantes. Una ruta de 1.500 kilómetros la circunda, la Ring Road, y la hostilidad de la orografía, el viento, la lluvia y el frío la convierten en no apta para todos los públicos. Un itinerario de 16 días alrededor de la isla podría ser así:
01 Keflavik-Reikiavik
(60 kilómetros)
Islandia es un pedazo de corteza terrestre que se está formando fuera del mar, como se comprueba al abandonar el aeropuerto. Lavas de apenas 10.000 años, explotaciones geotérmicas y volcanes tendidos en medio de la nada hasta Reikiavik ("bahía humeante"), donde viven más de la mitad de los 300.000 islandeses en casitas de colores o futuristas edificios de cristal.
02 Reikiavik-Svínafell
(320 kilómetros)
Transitar con la bici por la periferia de la ciudad es peligroso. Se recomienda arrancar la ruta fuera de la zona habitada, como en Svínafell, dentro del Parque Nacional de Skaftafell, tras tomar un autocar con paradas en las cascadas de Skógafoss y Svartifoss, cuyas columnas de basalto fueron imitadas en la catedral de Reikiavik.
03 Svínafell-Raudaberg
(120 kilómetros)
La laguna de Jökulsárlón surgió hace 60 años para recoger el agua del deshielo del Vatnajökull, el mayor glaciar de Europa, y es la primera localización de Panorama para matar; eso sí, simulando ser Siberia en la aventura de Bond. Resulta imperdonable no esquivar en un vehículo anfibio sus témpanos blancos y azules ennegrecidos por la tierra y la lava.
04 Raudaberg-Stafafell
(80 kilómetros)
El mar está erosionando la línea de costa y Jökulsárlón puede acabar por comerse la Ring Road. Pero, mientras tanto, patos y golondrinas marinos, eideres y charranes acompañan en la transición a paisajes más verdes y bañados por algunos de los mejores ríos trucheros y salmoneros del mundo.
05 y 06 Stafafell- Djúpivogur
(73 kilómetros)
La carretera, en ocasiones de tierra, está en alto y el mar se adentra formando fiordos. Merece la pena pasar un día en el pueblecito de Djúpivogur, con su frenético puerto, acceso a la isla de Papey. Miles de frailecillos anidan en sus rocas junto a focas y vestigios de la presencia de ermitaños irlandeses.
07 Djúpivogur-Egilsstaðir
(70 kilómetros)
El puerto de montaña de Öxi endurece la etapa. En el lago Lagarfljót, Nessi también tiene competencia. La mitología documenta desde 1345 la presencia de un monstruo. Y en su orilla, Egilsstaðir, la urbe más cosmopolita de la zona pese a sus escasos 2.300 habitantes.
08 y 09 Egilsstaðir-Myvatn
(145 kilómetros)
Si no se dispone de muchos días, es aconsejable acercarse en autobús hasta el desvío a la cascada de Detifoss, la más caudalosa de Europa y a un paso de Myvatn, el paraíso de los geólogos. Volcanes nacidos hace 25 años, fumarolas y aguas termales sorprenden en una zona donde la tierra transmite todo su calor y fuerza.
10 Myvatn-Akureyri
(100 kilómetros)
Tras rodear el lago Myvatn, renombrado refugio de aves acuáticas, se suceden puertos de montaña de cierta dureza. Recompensa la cascada de Godafoss, a la que los islandeses tiraron las efigies paganas tras abrazar el cristianismo, y la espectacular llegada a Akureyri bordeando su fiordo de nieves perpetuas.
11 Akureyri-Varmahlíð
(82 kilómetros)
En Akureyri, una ciudad de 16.000 habitantes rodeada por montañas, destaca el jardín botánico, milagroso en una latitud que acaricia el Círculo Polar. En la travesía paralela, el viajero se topa con granjas de los diminutos caballos islandeses, tan cómodos de montar como un sofá, según los jinetes locales.
12 a 14 Varmahlíð-Kjölur
(350 km en 3 etapas)
La ruta de Kjölur (carretera 35) es la única unión por carretera del norte y el sur por el centro. Un desierto de lava discurre entre los glaciares de Langjökull y Hofsjökull. Tan sólo algunas intrépidas ovejas sobreviven en un escenario tan lunar que los astronautas del Apolo se entrenaron allí. La pista es de tierra, y el frío, asegurado. Muchos ciclistas optan por recorrer los primeros 100 kilómetros en autobús desde Varmahlíð. En Kjölur, el único punto habitado del páramo, aguarda una fuente termal. Un minúsculo claro de hierba es un oasis donde acampar. Las crestas imposibilitan un ritmo constante. Su último tramo asfaltado con destino a la cascada de Gullfoss y a Geysir es una bendición.
15 y 16 Geysir- Reikiavik
(120 kilómetros)
Géiseres, aguas sulfurosas y fallas aguardan en el Círculo Dorado, la zona más turística de la isla. Las placas americana y europea parecen condenadas a separarse en Thingvellir, donde se reunía la asamblea legislativa vikinga. Y de nuevo, atención al entrar en Reikiavik. Adiós a un país hostil en invierno, pero amable en verano, con su sol de media noche y, al fin, con precios prudentes.
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Guía
Cómo ir e información
» Icelandair (www.icelandair.es; 932 17 91 42). Ida y vuelta, a partir de 360 euros desde Madrid o Barcelona.
» Island Tours (915 47 60 94; www.islandtours.es), agencia especializada en Islandia.
Dormir
» Refugio de Hveravellir (www.hveravellir.is). En la ruta Kjölur, habitaciones comunales; 25 euros por persona.
» Kerlingarfjöll (www.kerlingarfjoll.is; 00 35 48 94 21 32). Habitaciones o casitas; a partir de 25 euros por persona.
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