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Reportaje:

Se vende el rural orensano

Las inmobiliarias lanzan una oferta mundial de 500 casas de piedra

Ourense pone en venta su rural con el propósito de preservarlo. La Galicia interior ha decidido sacudirse el abandono y la ruina por el método de poner en el mercado mundial su milenario perpiaño y su paisaje. "Si somos capaces de vender el paisajismo, estaremos generando valor", sostiene Benito Iglesias, presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Ourense (Adeido), promotora de la idea de publicitar por todo el mundo medio millar de casas abandonadas del rural de la provincia.

Tan abandonadas están las casas que, en su mayor parte, no están ni siquiera registradas· "Cuando pusimos en marcha el proyecto recibimos 3.500 llamadas de propietarios de viviendas, pero sólo seleccionamos 500 porque las restantes no figuraban en el catastro: son herencias verbales de padres a hijos", explica el promotor. Incluso de las 500 seleccionadas, sólo 100 tenían los papeles en regla. Las 400 restantes que aparecen en el catálogo que viajará por el mundo apuran ahora los trámites para adecuarse a la ley.

La oferta incluye desde pazos de un millón de euros a casas por 15.000
La iniciativa trata de recuperar el paisaje y hacer frente a la crisis del sector

Porque la asociación no vende finalmente el intangible paisaje, sino el patrimonio inmobiliario. O, más bien, su sólido esqueleto. Adeido viaja el lunes a Madrid, a la feria inmobiliaria Sima, con el catálogo del rural orensano. La oferta es singular, ya que incluye algunos pazos de la provincia en perfecto estado, como el de Turbisquedo, en A Peroxa, en pleno Cañón do Sil y a apenas 13 minutos de la capital. Un ensueño del siglo XVII que funciona como pazo de turismo rural, con 10 habitaciones con baño, dos comedores y 60.000 metros cuadrados. El precio es de un millón de euros "negociables". Junto a él, el pazo de A Seara, en Nogueira de Ramuín, una reliquia del XVIII con 20 hectáreas de terreno para el esparcimiento, perteneciente al linaje de los Ulloa Somoza, catalogado como "uno de los 40 mejores pazos de Galicia" y situado a 14 kilómetros de la ciudad. "Una ganga": 770.000 euros.

Pero hay patrimonio inmobiliario más asequible. Los interesados en hacerse con un pedazo del rural orensano disponen de ofertas de 15.000 euros en Nogueira de Ramuín; 19.000 euros en Allariz, o 79.000 en la Baixa Limia, en las inmediaciones del Parque Natural del Xurés. "Claro que en un 85% de las casas de las villas lo que se vende es la estructura de piedra; hay que reformarlas", advierte Iglesias, convencido de que ahí reside el "interés social" de la operación.

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"La reforma dará empleo a obreros de las comarcas y, una vez finalizada, estaremos fijando población en el rural ahora que el sector agroganadero ha caído en picado", hace sus cábalas el presidente de los promotores inmobiliarios orensanos.

Los ideólogos del proyecto de dinamización de un sector, el inmobiliario, en franca crisis -en la provincia de Ourense sobreviven 200 de las 400 empresas de hace un par de años- han trazado una línea mágica en el mapa de la provincia: Ribeira Sacra, Xurés, Ribeiro y la comarca de Allariz, para poder colgarle a sus ofertas el atractivo turístico. "Hemos sido muy selectivos: todas las casas están en ayuntamientos del Cañón do Sil, de los balnearios y termalismo del Ribeiro y en la zona del Xurés que ya es Reserva de la biosfera", explica Benito Iglesias, que cuenta con la colaboración del Instituto de Desarrollo Económico de la Diputación. El entusiasmo de los dirigentes del Inorde es evidente. "Los orensanos vamos a vender la playa; está sólo a 30 minutos", destacó en el acto de presentación de la propuesta el gerente del organismo, José Manuel Rodríguez.

Pero las casonas y los pazos orensanos no llegarán sólo al mercado madrileño. Adeido tiene listos ya los catálogos para su distribución por todas las casas de Galicia del mundo. "Queremos llegar a todos los rincones para promocionar el turismo, para vender el paisaje y para evitar el abandono del rural", proclama el promotor inmobiliario, mientras va cantando los elogios de la piedra: los innumerables dormitorios de los pazos, sus capillas, sus hectáreas, su secular mobiliario y la buena ubicación de los sillares de las infinitas casas abandonadas en infinitos pueblos orensanos.

Agotado el bum inmobiliario en la ciudad, Ourense, la única provincia interior de Galicia, pone a la venta la abandonada belleza del rural. Aunque sea necesario colocar también el mar en la singular oferta.

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