'Detenidas' ocho serpientes
El hombre mordido el martes pasado por una cascabel tenía varios ofidios venenosos ilegalmente en su casa
Extrañas vecinas son las que tienen algunos residentes del distrito de Barajas. Juan C. M. tenía ocho enormes serpientes venenosas. Una de ellas le mordió el pasado viernes y le dejó grave en el hospital.
El hombre fue dado de alta el domingo, pero ahora el problema es otro. Ni los agentes de la Guardia Civil ni los dueños de varios zoológicos quieren llevarse las serpientes de la casa hasta que no se reciban en Madrid los antídotos necesarios. Éstos, que tienen que llegar desde México, pueden tardar hasta 20 días, según explicaron fuentes del instituto armado.
Así que mientras tanto, las serpientes han sido inmovilizadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, es decir, su dueño no podrá sacarlas en ningún momento. Los agentes del Seprona se quedaron sorprendidos de que en un piso de la capital, muy cerca de las pistas del aeropuerto, un hombre, Juan C. M., pudiera tener un auténtico terrario formado por dos pitones, cinco boas reales y constrictor y una cascabel. Fue ésta la que le mordió en una mano y le causó graves problemas de salud. Los hospitales madrileños sólo tienen antídotos para las serpientes venenosas autóctonas. Al tratarse de una cascabel hubo que recurrir a otros centros que tuvieran el remedio, como el parque natural de Cabarceno, en Santander, y otros lugares similares de Barcelona, Sevilla y Valencia. De esta última provincia es uno de los mejores especialistas en venenos de serpientes, César Olmos. "Generalmente se dan antídotos polivalentes, ya que las especies son muy similares y sus venenos son muy parecidos. Es lo que ocurre en México, Centroamérica y Estados Unidos", explica Olmos. Una dosis oscila entre los 75 y los 200 euros. Cada día es necesario una de ellas, por lo que un tratamiento prolongado puede resultar costoso para las arcas públicas.
La Guardia Civil espera la llegada del antídoto para llevarse los animales
Pese a que las serpientes estaban en lugares más o menos adecuados, su tenencia ya resulta una infracción. La legislación regional prohíbe tener animales venenosos fuera de establecimientos autorizados, según la Guardia Civil.
Y éste, desde luego, no era el caso. Los animales fueron adquiridos por Internet, según el instituto armado. Fuentes del Seprona hicieron ayer un llamamiento sobre la peligrosidad de este tipo de animales, que pueden llegar a devorar a un bebé o asfixiar a los adultos.
Este periódico intentó sin éxito contactar ayer con Juan C. M. para que pudiera dar su versión de los hechos. Desde que le mordió la serpiente ha estado ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Ramón y Cajal, donde le han suministrado los antídotos.
El caso de Juan C. M. no ha sido el único. El pasado viernes, los agentes del Seprona recogieron en un parque de Valdemorillo una tarántula que había sido abandonada por su dueño.
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