LeBron James es un ciclón

Los Cavaliers de Cleveland van como un tiro. ¿En qué dirección? El título es su diana. Rivales, rondas, récords..., todo es accesorio. A sus 24 años, LeBron James no se detiene en matices. Quiere el anillo. La gloria no puede esperar. Dejar en el camino sin posibilidad de decir ni pío a los Pistons de Detroit y los Hawks de Atlanta no significa mayor cosa para él. "¿Por qué tendríamos que celebrarlo? Estamos jugando para el título", sentencia.

El mejor jugador de la NBA esta temporada, el designado desde que tenía 17 años como sucesor de Michael Jordan, evita las frases triunfalistas a las que podría inducirle el doble 4-0 en las dos rondas disputadas por los Cavaliers o los promedios superlativos que figuran en su casillero personal en los play offs: 32,9 puntos, 9,8 rebotes y 6,8 asistencias. Sólo el legandario Oscar Robertson logró cifras similares en 1963 y sólo los Heat de Miami, en 2005, consiguieron un 8-0 en las dos primeras eliminatorias desde que, seis temporadas atrás, se instauró el actual formato de la competición.

"Una clasificación es una clasificación. No importa si es en cuatro partidos o en siete. Estamos contentos por jugando un gran baloncesto, pero no damos nada por hecho", avisa James tras haber contribuido con 27 puntos a la victoria por 74-84 en Atlanta que pone a los Cavaliers en la final del Este. Ahora esperan a conocer su adversario, que saldrá del duelo Boston-Orlando (2-2), cuyo quinto partido se disputó la madrugada pasada.

En el Oeste, los Mavericks de Dallas evitaron la eliminación por la vía más rápida al vencer a los Nuggets de Denver por 119-117 gracias a los 44 puntos de Dirk Nowitzki, 19 en el último cuarto. Carmelo Anthony, la estrella de los Nuggets, sumó 41. El marcador ahora es de 3-1 para éstos. Los Lakers de Los Ángeles recibieron también en la madrugada pasada a los Rockets de Houston (2-2).

Los directivos de la NBA se frotan las manos por el desarrollo de unos play offs reñidos y polémicos como pocas veces. Las audiencias fueron espectaculares, por ejemplo, durante la eliminatoria entre Boston y Chicado, concluida tras siete partidos y siete prórrogas.