Petacchi renace

En Trieste, donde Francesco Illy ideó la cafetera y el café para pijos, donde Rilke rimaba sus tristes sonetos, donde la Wilier (Viva la Italia libre e irredenta) le fabricaba las bicicletas a Pantani, el viejo Alessandro Petacchi (35 años) reinventó el sprint con un ataque sorpresa en semicurva que dejó con la boca abierta, su cuerpo, una bola de cañón teñida de rosa, expuesto al viento del Adriático, al joven Mark Cavendish (23 años), que no pudo remontar. Ausentes Hushovd, Haussler, Bennati, McEwen y Freire, el duelo entre el veterano que se niega a que su pistola coja polvo en la funda (la de ayer fue su 20ª victoria de etapa en el Giro, 24ª si se cuentan las que perdió por exceso de Ventolín en sus pulmones) y el impetuoso Cavendish (dos etapas el pasado Giro, su puesta de largo internacional), animará las pocas llegadas masivas en el Giro del Centenario.

El domingo de la Madre en Italia, el día en que su hijo cumplía un año, Petacchi vuelve este año a la carrera rosa tras su ausencia en 2008 por su suspensión, pero su nervio, sus reflejos, no se resintieron. A falta de 250 metros, cuando Cavendish aún seguía la rueda de su lanzador, el especialista del kilómetro Mark Renshaw, arrancó desde la rueda del inglés con el mayor desarrollo y le sacó dos metros cruciales.

Basso, el ganador de 2006, que también vuelve tras purgar su pena, sí que notó su ausencia de dos años: víctima del síndrome Armstrong, con miedo a ir en el centro del pelotón, mal colocado, se quedó atrás en un corte en un repecho estrecho originado por una caída. Perdió 13s, como Leipheimer. Los españoles, todos atrás salvo Sastre, Rubiera y el gallego García, que puntuó en el repecho y es el primer maglia verde, líder de la montaña.

Segunda etapa: 1. A. Petacchi (ITA, Lampre): 3h43m7s. 2. M. Cavendish (Gbr, Columbia), m.t. General: 1. M. Cavendish, 4h4m43s. 2. M. Renshaw (Aus, Columbia). 40. C. Sastre (Cérvelo), a 1m3s.