Forlán obra el milagro
El Atlético, con uno menos y con el uruguayo estelar, remonta un 0-2 al Espanyol
Puede ocurrir, y ocurre, que Perea se ciegue, acuda a quitarle el balón a un rival y casi le quite un ojo. Puede ocurrir, y ocurre, que Pernía no mida una entrada y zancadillee al primero que pase por su área. Puede ocurrir, y ocurre, que el Atlético defienda de forma indecente una simple falta lateral. Pero puede ocurrir también, y ocurre, que Forlán y Agüero, los chicos que engrandecen a un equipo demasiadas veces pequeño, se rebelen ante tamaña catarata de despropósitos. Y puede ocurrir, y ocurre, que conviertan a una piltrafa de equipo en una apisonadora que se lleve todo por delante. Como ocurrió ayer, cuando tras ir perdiendo 0-2 y con uno menos durante un hora el Atlético engañó a su triste destino. Y Agüero y Forlán se negaron a dejarle morir.
ATLÉTICO 3 - ESPANYOL 2
Atlético: Leo Franco; Heitinga, Perea, Ujfalusi, Pernía; Maxi (Pablo, m. 34), Assuncao, Raúl García (Banega, m. 71), Simao; Forlán y Agüero (Camacho, m. 90). No utilizados: Coupet; Domínguez, Miguel y Luis García.
Espanyol: Kameni; S. Sánchez; Jarque, Pareja, Chica (Beranger, m. 55); Moisés Hurtado, De la Peña (Callejón, m. 66); Luis García, Iván Alonso, Nené; y Tamudo (Román, m. 23). No utilizados: Cristian; Torrejón, Valdo y Coro.
Goles: 0-1. M. 37. Nené, de penalti. 0-2. M. 39. Jarque remata una falta. 1-2. M. 52. Forlán. 2-2. M. 60. Agüero. 3-2. M. 90. Forlán
Árbitro. Mateu Lahoz. Expulsó a Perea (M. 31). Amonestó a Raúl García, Heitinga, Agüero, Sergio Sánchez, Iván Alonso, Moisés, Román, Callejón y Beranger.
Lleno en el Vicente Calderón.
Se había suicidado el equipo, pero Agüero y su compañero se negaron a dejarle morir
En diez minutos el Atlético amenazó con mandar a la basura sus ilusiones, sus aspiraciones europeas, el apoyo de su público, la temporada entera. En diez minutos el Atlético se voló la sien una, dos, tres veces, entre el pavor de sus fieles y el jolgorio del rival. En diez minutos, los que van del 30 al 40, el Atlético optó por inmolarse, empeñado en regalar un triunfo que necesitaba como el comer para mantener vivo su sueño europeo, aunque sea la pedrea de la Copa de la UEFA.
Imposible cometer tantos disparates en tan corto espacio de tiempo. El museo de los horrores lo abrió Perea, que cayó a la banda para cruzarse ante Chica, que iba como un tiro, con la pretensión de sacarle el balón. Un ojo le sacó. El colombiano le golpeó en la cara con una violencia salvaje, provocándole una herida en la ceja y abriéndole el pómulo. Nada vio el árbitro, que ni siquiera pitó falta. Pero mejor óptica tuvo su auxiliar, que le avisó de la agresión. A la calle se fue Perea.
Hasta entonces, el partido había sido igualado, sin apenas ocasiones y con el Espanyol, eso sí, dominando el balón, asunto sencillo cuando enfrente está el Atlético. Vio la roja Perea y al instante Pernia zancadilleó a Iván Alonso en el área cuando éste ni siquiera tenía ángulo. Nené marcó el penalti. Un suspiro después, el propio Nené mandó una falta al área, Raúl García la despejó hacia atrás y Jarque empujó con el muslo el 0-2. El Atlético había tardado 40 minutos en suicidarse.
Pero del vestuario, tras el descanso, no volvió un equipo. Volvió una manada. Forlán abanderó la conjura y el Atlético se agigantó. Agarró el uruguayo el balón en la zona de tres cuartos, avanzó y soltó un zurdazo que Kameni ni vio. Un rato después, Pernía chutó cruzado con la suerte de que en la trayectoria del balón apareciera Agüero, que empujó en el segundo palo. Desatado estaba el Atlético, perplejo el Espanyol. Que intentó estirarse, aprovechar los agujeros que, lanzado, dejaba el Atlético en defensa.
Pero, aun con uno menos, los rojiblancos siguieron apretando en busca de un triunfo imposible. Assunçao, al que le vino de vicio la ayuda de Banega, comenzó a aparecer por todos los sitios, lo que no dejó de ser noticia. Los de Pochettino no frenaban la avalancha, la marabunta hecha equipo. Sin embargo, el cansancio pasaba factura a unos tipos, los de rojiblanco, que intentaban salir a trompicones del infierno. Agüero no podía con su alma, ni Forlán con la suya, ni Simao con la suya. ¿O sí podían? En el minuto 93, Simao vio el desmarque de Forlán, un dios en este equipo, le mandó el balón por un hueco inexistente y el uruguayo superó a Kameni, obrando el milagro, incendiando un estadio que minutos antes era un velatorio, levantando de la lona a un equipo roto en pedazos, convirtiéndolo, otra vez, en un equipazo: el Atlético de Forlán.
El '7' lleva más goles que cuando fue 'bota de oro'
El mejor Forlán de la historia sacó al Atlético del atasco y le dejó en puesto europeo, en el quinto, a un punto de la Liga de Campeones, del Valencia, que precisamente rinde visita el domingo al Calderón. Ni siquiera cuando ganó la Bota de Oro que premia al máximo goleador europeo, en la temporada 2004- 2005, como jugador del Villarreal, el uruguayo se atrevió a tanto. Con los dos goles de ayer ya suma 27 en la Liga, a uno solo de Eto'o, el mejor realizador del torneo. Cinco partidos seguidos lleva Forlán marcando, pero los dos de ayer tienen un carácter especial. Sobre todo porque evitaron el adiós casi inmediato al sueño de la Champions. El público, que hace 15 días la emprendió contra sus jugadores pese a ganar (3-1) al Sporting, les despidió ayer como a héroes. El Calderón tronó durante un buen rato al grito de "¡uruguayo, uruguayo!". En honor a Diego Forlán.
"En la segunda parte, no hemos sabido jugar el partido. No hemos tenido el balón ni con superioridad numérica y Forlán les metió en el partido". Así de simple resumió lo ocurrido Mauricio Pochettino, técnico del Espanyol, que vio cortada la racha de cinco partidos sin recibir un gol. La culpa, también para él, fue de Forlán.
Su colega Abel Resino, entrenador del Atlético, prefirió no destacar ningún nombre propiO. Para él, fue el conjunto en pleno el que logró darle la vuelta a una situación que pintaba peor que mal. A los 30 minutos, el equipo se quedó con 10 jugadores por la expulsión de Perea, que le dio un codazo en la cara a Chica. El jugador del Espanyol logró seguir en el césped, pero tras el descanso tuvo que ser sustituido al sentirse mareado. La expulsión de Perea le pareció a Abel "rigorosa", pero el Atlético supo sobreponerse. "Hay que destacar que el equipo ha dado todo lo que tenía. En el descanso, entre todos nos hemos levantado unos a otros. Hemos demostrado una entrega total y la reconciliación con la afición", declaró.
"Ahora debemos caminar todos juntos. En el descanso les he dicho que teníamos que seguir y que el equipo tiene que dar la cara hasta el ultimo segundo. Les he visto bastante tranquilos para la situación en la que estábamos", añadió Abel.
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