Más rápido, pero más atrás

En la F-1 nada es lo que parece. Renault es un buen ejemplo. El R29 va mejorando a cada carrera y, circunstancialmente, cada vez parece más lejos de la cabeza. No en cuanto a tiempos, porque las mejoras en Montmeló han permitido a Fernando Alonso rebajar dos décimas de segundo por vuelta la diferencia respecto a los Brawn. Pero sí en cuanto a posiciones. En China, Flavio Briatore aseguraba que Renault se había colocado inmediatamente por detrás de Brawn y Red Bull. Ahora, en cambio, el R29 va por detrás de esas dos escuderías y, además, de Ferrari, Toyota y BMW.

"Los demás han mejorado y algunos se han interpuesto entre nosotros y Brawn", dice Alonso, que saldrá octavo en el GP de España pese a llevar el coche menos cargado de gasolina (645 kilos). La superioridad de Brawn es total. El nuevo paquete aerodinámico le ha permitido una mejora de tres décimas. Button logró su tercera pole del año, por delante de Vettel (Red Bull) y Barrichello (Brawn). Sólo dos décimas separan al primero del tercero.

"La ventaja de los Brawn es casi inalcanzable", agrega Alonso; "el Mundial sigue abierto tanto para Red Bull como para Toyota, pero tanto para Ferrari y McLaren como para nosotros el título va a suponer una hazaña cada vez más difícil". La modificación radical que Ferrari planteó en esta primera carrera europea redujo en más de medio segundo la diferencia entre los de Maranello y los Brawn. Sin embargo, Massa sólo pudo ser cuarto y Raikkonen se quedó fuera a las primeras de cambio tras un error estratégico de colegial.

La decepción es mayor todavía para McLaren. Hamilton afirmó ayer que él no había cometido ningún error en su vuelta rápida de la segunda sesión. Y no consiguió superarla. "Es ahí donde estamos ahora", dijo. La tensión está a flor de piel en McLaren porque, tras el traspaso de poderes entre Ron Dennis y Martin Whitmarsh, no ha llegado ni una buena noticia: primero, el juicio por mentiras en el Consejo Mundial; luego, la escasa mejora del bólido. Están tan lejos que es probable que en pocas carreras se planteen dedicarse al monoplaza de 2010 y aparcar el de esta temporada.

Lo mismo les ocurre a BMW y Renault. Existe la sensación de que no podrán alcanzar a Brawn. Y esa percepción se acrecentó ayer. Era la prueba de fuego. Y sólo Ferrari pareció sacar un aprobado justillo. BMW también mejoró, pero sólo lo suficiente para alcanzar a Renault, no para luchar por la pole. "En la carrera las cosas serán difíciles para nosotros", analizó Alonso; "sabemos que los siete coches que nos preceden son más rápidos, así que superarles será imposible si no ocurre nada. Además, los que vienen detrás van más cargados de gasolina y pueden adelantarnos en el primer repostaje. Ser octavos ya estaría bien".

Brawn sigue dominando. Y la ventaja del doble difusor, o del triple como en el caso de Toyota, se nota. Las escuderías que optaron por el KERS y diseñaron sus bólidos para incorporar este elemento y con el difusor único pagan sus errores. Y les cuesta tanto recuperar el terreno perdido que comienzan a desesperarse. Sin embargo, el público sigue pidiendo el retorno de los grandes: las pancartas son para Alonso, Raikkonen, Hamilton, Massa y Kubica. Aunque ahora ganan otros.