Ortiz se disfraza de Negredo
Los dos tantos del medio bloquean al Racing
A falta de cuatro jornadas, los deberes están virtualmente hechos para el Almería, cuya salvación quedó prácticamente consumada tras vencer al Racing en Santander con Juanma Ortiz como feliz protagonista, autor de los dos goles de su equipo en el arranque del encuentro. Bloqueado por la inercia negativa del comienzo, el Racing perdió el hilo del partido y la posibilidad de lograr los tres puntos que le acercaran a la permanencia. Aún no se había llegado al primer cuarto de hora cuando Juanma Ortiz ya contaba con dos goles en su cuenta anotadora, los mismos que había conseguido en las 33 jornadas anteriores. El centrocampista, disfrazado de Negredo, su compañero tan goleador, se encontró a los tres minutos con un balón idílico que invitaba sí o sí a volear. Acertó Juanma Ortiz, como lo hizo diez minutos después.
RACING 0 - ALMERÍA 2
Racing: Coltorti; Pinillos, Moratón (Uri, m. 85), Marcano, Sepsi (Ó. Serrano, m. 46); Munitis, Colsa (Edu, m. 46), Lacen, Moral; Tchité y Zigic. No utilizados: Gómez; Christian, José Picón y Gonçalves.
Almería: Esteban; Bruno, Acasiete, Chico, Mané; Soriano, Juanito; Nieto (José Ortiz, m. 71), Kalu Uche (Solari, m. 87), Juanma Ortiz; y Negredo (J. Álvarez, m. 67). No utilizados: Diego Alves; Carlos García, Pellerano y Corona.
Goles: 0-1. M. 3. Juanma Ortiz. 0-2. M. 13. Juanma Ortiz.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Moratón, Lacen, Juanito y Marcano.
Unos 16.000 espectadores en El Sardinero con la presencia entre ellos del ex golfista Severiano Ballesteros.
La relajación defensiva del Racing en el inicio le costó el partido, que nació con más ímpetu que cabeza. De ida y vuelta, sin control alguno, las áreas tuvieron constantes visitas. El acierto de un actor insospechado en el arte de marcar puso en franquía el encuentro para un Almería mucho más atento y certero.
Con la confianza que da la doble ventaja, el Almería se desplegó con seguridad y mejores prestaciones que un Racing inquieto y previsible. El recurso de buscar a Zigic, tantas veces solución, resulta inevitable. Los 202 centímetros del serbio son demasiado visibles para sus compañeros y difíciles de anular para los contrarios. La variedad, sin embargo, produce más rédito que el uso repetitivo de la búsqueda sin más de Zigic. Los arrebatos de pasión del conjunto cántabro eran bien controlados por el grupo de Hugo Sánchez, selectivo en sus actos, con más efectivos a la hora de defenderse y de atacar. Cuestión tanto de organización como de acierto.
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