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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ken Annakin, artesano del cine

El director británico filmó casi 50 títulos, que abarcaban todos los géneros

Con Ken Annakin, director de cine británico, ha desaparecido uno de los últimos grandes artesanos del séptimo arte, uno de aquellos cineastas que humildemente concebían su profesión como un oficio más. Sus casi 50 títulos abarcan casi todos los géneros, del bélico al de aventuras, con un denominador común: la espectacularidad. Para Annakin el cine era entretenimiento y escapismo, como lo concibieron pioneros del celuloide, los hermanos Lumière o Georges Méliès. Murió el 22 de abril en su casa de Beverly Hills, California, a los 94 años.

No hay conciencia social o análisis político en el grueso de sus largometrajes. Aunque su carrera abarcó los años más prolíficos y desbocados del cine de autor, este director británico siempre prefirió las tramas amenas y ligeras, como la de la que se considera su obra maestra, Esos magníficos hombres en sus máquinas voladoras, de 1965. En ella se cuenta, en clave de comedia, una pequeña aventura en los primeros años de la aviación: un ajetreado y enloquecedor primer vuelo ficticio entre Londres y París. El crítico del diario The New York Times Bosley Crowther la definió como "divertida, muy colorista, en movimiento".

De hecho, casi todo en su cine es movimiento, acción, carreras desenfrenadas, eterna escapada. Dirigió títulos prototípicos del cine de estudio estadounidense, como La batalla de las Ardenas, sobre la famosa gesta bélica de 1944 que sumió al Ejército nazi en el caos total, rodada en la Sierra de Guadarrama de Madrid. Se estrenó en 1965, con actores de taquillazo como Henry Fonda, Robert Ryan y Telly Savalas. No impresionó a la crítica. El Times la definió como el producto de "alguien que hace películas sobre hechos históricos para que sean espectaculares antes que ciertas". Probablemente, a él esto le pareció un halago.

Nació en Yorkshire en 1914, el año en que Charles Chaplin filmó su primera película y nació la productora Paramount Pictures. De joven fue contable, hasta que sintió la llamada de la aventura: viajó a EE UU, Australia y Nueva Zelanda. Fue vendedor de coches, periodista y mecánico de aviones para el Ejército británico en la II Guerra Mundial. Herido en un ataque nazi, se le dio la baja en 1941 y se hizo camarógrafo para el Ejército. Así nació una carrera cinematográfica que pasó de la propaganda al entretenimiento.

Trabajó en Reino Unido y en EE UU, y pronto fichó por la Disney, con títulos como La historia de Robin Hood, de 1952, y Los Robinsones de los mares del sur, de 1960, ejemplos en el cine de acción infantil. También filmó El rally de Montecarlo y toda su zarabanda de antaño (1969) y aportó su cosmovisión británica a la película coral El día más largo (1962).

Su película preferida fue más personal: una adaptación de un cuento de Graham Grene. En Al otro lado del puente, Rod Steiger interpreta a un financiero en fuga que, en un viaje en tren a México, vuelve a sentir una ternura ya olvidada. De nuevo, rodó en España y logró el aplauso de la crítica. "Ken Annakin dirige con colorismo y sentido del ritmo", dijo en su día el Times.

Cuenta la leyenda que un admirador suyo, un rey Midas del cine, George Lucas, tomó su apellido para nombrar al álter ego de uno de los villanos redimidos más famosos del cine: Anakin Skywalker / Darth Vader. Si no fuera por La Guerra de las galaxias, su nombre sería exótico y poco conocido. Quería que fuera así. "Yo hago cine para el público", dijo. El suyo era un oficio, una labor de artesanía de las que poco a poco van quedando en el pasado. El ego se lo dejó a otros.

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