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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El otro PP de Feijóo

El nuevo presidente de la Xunta intenta desmarcarse de la herencia de Fraga

Desde su investidura en el Parlamento gallego como nuevo presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo viene insistiendo en el mensaje de que no va a repetir el modelo de Gobierno de Manuel Fraga, por mucho que a su partido le mantuviese 16 años en el poder. Tras la fugaz experiencia del bipartito de socialistas y nacionalistas, el PP ha recuperado la Xunta, pero es un PP que se empeña en aparecer distinto, lejos del autoritarismo y el paternalismo moral del viejo patrón. En cierto modo, la carta de presentación de Feijóo es contradictoria. Él mismo fue vicepresidente del último Gobierno de Fraga y siete de los diez miembros de su nuevo Gabinete ocuparon también cargos en la antigua Administración del PP. Ninguno de ellos, sin embargo, estuvo en primera fila. Vienen del segundo escalafón y representan un claro relevo generacional.

Feijóo, además, se ha distanciado de los viejos poderes del partido, a los que Fraga se tuvo que plegar en numerosas ocasiones. Ha hecho el Gobierno que le ha parecido oportuno, sin ninguna concesión a los barones territoriales. También ha ignorado las presiones abiertas de la patronal para que suprimiese de inmediato la prohibición provisional de construir a menos de 500 metros del mar, una de las medidas estrella del bipartito. Y hacia fuera ha advertido de que, en el frente de la financiación autonómica, mantendrá las alianzas de la Xunta anterior con los gobiernos socialistas de Asturias y Extremadura contra la postura de comunidades del PP como Madrid y Valencia.

Pero en apenas una semana Feijóo ha tenido tiempo para desdecirse en asuntos relevantes. En contra de sus despreocupadas promesas durante la campaña electoral, ha tenido que dejar para más adelante la rebaja en el tramo autonómico del IRPF. Todos los recortes fiscales prometidos sumaban 200 millones anuales, una pérdida de ingresos insoportable para la Xunta. Sus compromisos de "regeneración democrática" chocan con el nombramiento de un consejero, el de Medio Ambiente e Infraestructuras, que tiene un expediente abierto por incumplir la Ley de Incompatibilidades tras una carrera de ida y vuelta entre la Administración y constructoras a las que adjudicó contratos públicos.

En los primeros días de Feijóo priman las buenas formas y los discursos impecables. Pero la irresponsabilidad con que su partido actuó en la campaña electoral puede pasarle factura en breve.

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