El inversor aún desconfía de la Bolsa

El ahorrador español no se deja llevar por algunos cantos de sirena que hablan de los primeros síntomas de algo que podría asemejarse a una leve mejoría en la situación económica. La aversión al riesgo sigue en máximos. Así lo confirma la séptima oleada de la Encuesta de Confianza del Inversor de JPMorgan Asset Management que publica EL PAÍS y que corresponde al periodo comprendido entre los meses de enero y marzo pasados.

A pesar del fuerte batacazo que acumulan las Bolsas en el último año y medio, la mayoría de los encuestados augura aún más caídas. A la pregunta de cómo creen que evolucionarán los mercados en los próximos seis meses, el número de inversores que creen "muy probable" o "probable" que éstos suban sólo suponen el 18,1% del total (frente al 22,7% de la oleada anterior). El 35,6% de los entrevistados opinan que se "mantendrán igual", mientras que los que advierten que es "probable" o "muy probable que bajen" suponen el 46,4% (prácticamente igual que el trimestre anterior).

El 46% de los inversores prevé más caídas en Bolsa, según JPMorgan

El miedo entre los inversores hace que el índice de confianza de JPMorgan se mantenga en zona de mínimos históricos (-3,33%), muy cerca del suelo alcanzado en el tercer trimestre de 2008 cuando la bancarrota de Lehman Brothers y el temor por la seguridad de los depósitos bancarios en todo el mundo hundieron el indicador (-3,49%).

Para el cálculo de este índice se emplea el porcentaje de respuestas a las expectativas de los inversores sobre la evolución de los mercados en los próximos seis meses, aplicándose a sus contestaciones diferentes factores de ponderación. Si el índice se situara en el 20%, querría decir que todos los entrevistados habrían respondido que es muy probable que la Bolsa suba; en cambio, si el total de los encuestados respondiera que ven muy probable que la renta variable caiga, el indicador se precipitaría hasta marcar -20%.

La aversión al riesgo es tan alta que los inversores están dispuestos a poner un precio por la seguridad de su dinero y ese precio es la rentabilidad. De hecho, cuando se les pregunta qué es lo que más valoran a la hora de comprar un producto financiero, el 52,7% de las personas asegura que lo que quiere es "no perder dinero", el 32,5% señala que lo que busca es "conseguir menos rentabilidad a cambio de cierta seguridad" y sólo el 14,8% de la gente indica que lo que persigue con sus decisiones de inversión es "conseguir la máxima rentabilidad".

La cartera de los ahorradores españoles es eminentemente conservadora. El 90% de los entrevistados tiene depósitos o cuentas de ahorro, el 23% cuenta con un plan de pensiones, el 4,7% tiene dinero en fondos de inversión, sólo el 4,4% cuenta con acciones, el 2,5% productos de renta fija, mientras que las inversiones inmobiliarias apenas representan el 1,4% del total. Además, las estrategias para los próximos seis meses seguirán siendo ultradefensivas. Cuando a los ahorradores se les pide que digan en qué productos probablemente inviertan en los próximos seis meses el 58% insiste en decir que comprará depósitos o cuentas corrientes, el 15,6% planes de pensiones, el 5% seguros, el 1,8% fondos de inversión y el 1,6% acciones. El 25,9% de las personas dicen que no invertirán en nada.

Uno de los datos que más llama la atención de la última oleada de la encuesta de JPMorgan tiene que ver con la respuesta a la pregunta de qué Bolsa experimentará la mayor subida en los próximos seis meses. El 40,4% dice que será la renta variable estadounidense la que mejor lo haga (en el trimestre anterior sólo confiaban en Wall Street el 25,5% de los encuestados). Esta apuesta por las acciones denominadas en dólares coincide con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. La Bolsa española, que en el último trimestre de 2008 era la segunda con más adeptos, pierde en el arranque del año esa posición en favor de la renta variable europea.