El río escondido
Una exposición rememora a través de imágenes la oculta vida del Darro en Granada
Para el poeta Manuel Machado, Granada era una fuente con el agua oculta que no cesaba de llorar. Lejos de una compleja visión intimista, la imagen responde a toda una aproximación geográfica a la ciudad de la Alhambra, que ocultó bajo un embovedado el río que atraviesa su centro urbano.
El río Darro, como es popularmente conocido, aunque su nombre en los mapas aparezca escrito como Dauro, hubo un tiempo que corría a sus anchas por la Plaza Nueva y la calle Reyes Católicos hasta desembocar en el río Genil. La exposición Dauro: un río en la imagen de la ciudad, organizada por Caja Granada y la Fundación Emasagra, rememora a través de imágenes originales la historia de la ciudad que decidió cubrir una de sus principales arterias líquidas.
Las fotografías comienzan su recorrido cronológico con la llegada del siglo XIX, en el que empezaron a describirse varios proyectos en los que ya se contemplaba cubrir el río para poder edificar la mayor arteria urbana de la ciudad. En opinión de los comisarios de la muestra, los investigadores Javier Piñar y Carlos Sánchez, desde estos primeros proyectos en adelante las riberas del Dauro se convirtieron en "una explícita y única simbiosis del paisaje natural y el urbano que ha sido ampliamente explotada en la literatura y en la imagen histórica de la ciudad". La construcción de la Gran Vía de Colón nunca hubiera sido posible sin esa operación previa de soterramiento del río, que fue realizada a lo largo de la década de 1880.
Sin embargo, no todo son alabanzas. El proyecto urbanístico de la ciudad en esas fechas cometió verdaderas tropelías, difícilmente superables, aunque haya políticos que se empeñen en superar ese listón. Las transformaciones urbanas previas al soterramiento del río trajeron consigo el derribo del antiguo Coliseo o Casa de Comedias, situada en la esquina derecha de la calle Mesones, donde se edificaron dos edificios de viviendas. También fue demolida la Alhóndiga Zaida, donde se construyó el edificio del café Suizo, que no tardó en convertirse en el lugar de reunión favorito de los granadinos a lo largo del siglo XX.
Más que contar la historia de un río, la exposición ofrece una visión de conjunto de cómo ha cambiado la ciudad alrededor de él, apenas sin intuirlo.
En el Centro Cultural de Caja Granada. Hasta el 4 de junio. De martes a domingos, de 18.00 a 21.00 horas. Sábados, domingos y festivos en horario de mañana, de 12 a 14 horas. Lunes, cerrado
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