BUENA CHICA SE OFRECE PARA DOMINAR MUNDO
Taylor Swift dice haber hallado la solución para salvar la industria musical: "Hay que adaptarse, no asistir al declive", declara la cantante en la suite de un hotel londinense. "Me mantengo al día gracias a mis fans. Les pido sus e-mails y permanecemos en contacto por MySpace. Ellos me han hecho descubrir Twitter. Y la música sobrevivirá si les hacemos caso".
Esta cantante country estadounidense es el sueño de cualquier discográfica hecho realidad. Los datos no engañan. 19 años. Cinco millones de discos vendidos. La artista más buscada en MySpace. Y Love song, el single de su segundo disco Fearless, es el tema con más descargas de pago de la historia. Lo que significa que hay suficientes adolescentes en el mundo que toman la decisión de no bajarse gratis una canción de Taylor Swift.
"Prefiero no hablar de sexo. En cuanto empiezas, la gentete imagina desnuda"
Varios pisos más abajo, en la entrada del hotel, una parte de esas fans aguardan emocionadas a Swift. Son un grupo de adolescentes que, a pesar de llevar esperando a su ídolo desde la mañana temprano, no se han despeinado: "Nos gusta porque es honesta. Escribe sus propias canciones y dice la verdad sobre las relaciones sentimentales", exclaman.
Swift creció junto a sus padres y su hermano en una plantación de árboles de navidad de su Pensilvania natal. Su abuela era cantante de ópera, pero a Swift le dio por Shania Twain y Dolly Parton. Empezó a componer a los 12 años: "Un tipo que vino a arreglar mi ordenador me enseñó tres acordes de guitarra".
A los 13 se trasladó con su familia a Nashville, la capital del country. Según Swift, no fue su ambición, sino una experiencia de bullying lo que le hizo tomar la decisión: "Un día, mis amigos no quisieron volver a verme. No sabía qué había hecho mal, pero de repente era la más pringada del planeta. Llegó a un punto en el que si me sentaba a comer en la mesa, ellos se levantaban", explica. Con su físico de modelo y su educación de manual de buenas maneras parece imposible llegar a producir tal rechazo. "No tenía a nadie con quien hablar, pero sabía que cuando llegase a casa podría coger la guitarra y escribir sobre ello. En ese momento es cuando empecé a componer para superar mis problemas. Todavía lo hago".
En Nashville firmó un contrato para componer canciones y a los 16 años lanzó su primer álbum, al que bautizó con su propio nombre. Y arrasó. "Todo ocurre por una razón. Si mis amigos no me hubieran tratado mal y no hubiera escrito esas canciones y no me hubiera mudado a Nashville, quizás ahora no tendría éxito. Hoy considero a los fans mis amigos. Y me llevo bien con gente que se mueve en el mismo ambiente, que se dedica a lo mismo".
Una de esas nuevas amigas es Miley Hannah Montana Cyrus, como Swift, una joven cantante superventas. Con ella, además, comparte condición de damnificada por los Jonas Brothers, que a pesar de su prístina imagen de chicos recién salidos del Disney Channel causan estragos entre las mujeres. Swift salió con Joe Jonas y Cyrus con su hermano Nick. Los hermanitos dejaron a ambas. En el caso de Swift, mediante una llamada telefónica de menos de medio minuto. Para haber jurado voto de castidad, son unos castigadores. Swift se niega a confirmar los rumores de que ella mantiene el mismo voto: "Prefiero no hacerlo. En el momento en el que empiezas a hablar de sexo, la gente te imagina desnuda".
Pero sí le gusta hablar de amor: "Me fascina el contraste entre la realidad y los cuentos de hadas. En los cuentos, el malo está identificado. Y cuando creces, te das cuenta de que el malo puede llegar a ser muy mono, y te hace reír y tiene un pelo perfecto. ¡Es muy confuso!".
Las canciones de Swift pueden leerse como un diario íntimo. En algunas de ellas habla de citas románticas o de chicos guapos "como ángeles" y en otras pone a los rompecorazones adolescentes en su sitio. ¿Eso no espanta a novios potenciales? "Siempre me mantendré honesta. Nunca he temido ser vulnerable a causa de mi música. Si los chicos no quieren que escriba sobre ellos, entonces deben portarse bien conmigo", dice con una sonrisa triunfante.
Mientras cruza sus interminables piernas, Swift deja ver la suela roja de sus botas. Son unos zapatos exquisitos y caros, inequívocamente firmados por el diseñador Christian Louboutin. Muy diferentes de las botas de cowboy con las que se dejaba ver en sus comienzos. "Me las sigo poniendo en festivales. El estilo bohemio queda mejor con el buen tiempo", asegura.
Pero quizás su elección de calzado sea un signo de que Swift se aleja de sus raíces country para elevarse hacia el pop pulido y global: "Simplemente escribo canciones. Nunca me he planteado si deben ser más country o más pop. Ése es el trabajo de otros: diseccionarlas, comentarlas, analizarlas. Lo único que sé es que escribo sobre lo que conozco. Sobre mi vida".
Fearless está editado en Universal.
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