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Reportaje:Gran Premio de Qatar

300 kilómetros quemando rueda

El coche de seguridad dio 50 vueltas al circuito para aumentar la adherencia del asfalto

Oriol Puigdemont

El jaleo que supuso el aplazamiento del primer gran premio del Mundial de MotoGP por la tormenta que empapó el domingo el desierto a las afueras de Doha fue de traca. Debido a la crisis económica, los hubo que no pudieron pagarse otro billete de avión y volvieron a casa antes de la carrera.

La mayoría de los equipos tenían los billetes de vuelta de todos sus miembros para la madrugada del lunes o para ayer por la mañana. Valentino Rossi tenía previsto volver a Italia el lunes a las 3.45 mientras que los mecánicos españoles de Honda (HRC) debían hacerlo durante la mañana. Todos tuvieron que comprar billetes nuevos. Pero si alguien salió trasquilado del temporal fue Dorna, la empresa que organiza el Campeonato del Mundo.

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Para este gran premio, esta compañía española desplazó a unas 180 personas, entre el área de televisión y comunicaciones, el que se encarga del marketing y de la coordinación de los eventos durante el fin de semana y el comercial. "De Dorna, sólo 10 personas han vuelto antes de la carrera y porque tenían compromisos ineludibles", confirmó ayer Sergi Sendra, el realizador de todas las carreras del Mundial. "A los demás, se les ha cambiado el billete de vuelta con el precio que en ese momento salía en pantalla", explicó.

Miguel Pérez trabaja para Carlson Wagonlit, la agencia de viajes que gestiona los desplazamientos de la organización y de la mayoría de los equipos españoles. "En total, hemos tenido que cambiar unos 400 vuelos. En la oficina instalada en el circuito he tenido cinco personas trabajando sin parar. Y aún no hemos dormido", reconocía el hombre ayer por la tarde, arrastrando los pies por el paddock de Losail.

Otro que tuvo trabajo extra fue Carlos Prátola, el conductor del safety car (coche de seguridad). Sobre las once de la mañana, Prátola se subió al BMW M6, salió a la pista y exprimió a fondo sus más de 500 caballos. "En las 50 vueltas que he hecho debo haber completado unos 300 kilómetros. Me he cargado un juego de neumáticos y, la verdad, me lo he pasado bien. He tenido que ir deprisita porque, si no, la goma no se hubiera adherido al asfalto y no habría servido para nada", ironizaba Prátola, ya vestido con su mono, media hora antes de comenzar la carrera. "La pista está perfecta", aseguró Franco Uncini, responsable de la seguridad deportiva del Mundial.

En Bridgestone, el suministrador de neumáticos, anduvieron un poco más relajados. Para ellos, el trabajo ya estaba hecho. "Cuando aplazaron la carrera, varios equipos nos pidieron que les devolviéramos los neumáticos usados durante los entrenamientos para poder hacer con ellos el warm up (calentamiento). A algunos (Nicky Hayden o Alex de Angelis, por ejemplo) sólo les quedaba un juego nuevo que habían guardado para la carrera", confirmó Hiroshi Yamada, máximo responsable de la marca de gomas japonesa.

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