El impacto del bisonte africano
- "Hubiera dado mi brazo derecho por ser pianista".
Bobby Robson, ex entrenador del Barcelona e Inglaterra.
Hay que tener cuidado. El impulso siempre es el mismo. A inflar. A exagerar. A mitificar a nuestros jugadores favoritos como si fueran héroes invencibles de cómic. La tentación es especialmente poderosa en el caso de Michael Essien. Es casi irresistible. Bueno... es irresistible. Sucumbamos a ella.
Essien -lateral, central, centrocampista defensivo y goleador- es un superhombre. El entrenador, o jugador, o aficionado que no desee tenerlo en su equipo no entiende nada. Con Essien, se juega con ventaja. Vale por dos y su espíritu guerrero inspira fe en la victoria y contagia a los compañeros. Uno siempre va a querer jugar con Essien en el equipo, y no en contra.
¿Quién es Essien? Habrá algún porcentaje de lectores que no lo sepa. No sería el caso si estuviéramos hablando de Messi, o de Torres, o de la sensación del momento, Gerrard del Liverpool. ¿Pero se puede colocar a Essien, que casi no ha jugado esta temporada, a la altura de los megacracks? Pues sí. Repitamos: cualquiera que no lo coloque como piedra angular del centro del campo en su lista del mejor once del mundo sencillamente no se entera.
Essien juega en el Chelsea, es ghanés y tiene 26 años. Es el fichaje africano más caro de la historia, fue votado futbolista del año por la asociación de jugadores franceses cuando jugaba en el Lyon en 2005, y jugador del año del Chelsea en 2007. En septiembre se lesionó gravemente la rodilla y estuvo fuera del campo casi 200 días, pero el impacto de su vuelta al equipo el mes pasado fue dinamita pura. Marcó un gol contra el Juventus en Turín que resultó decisivo en el pase del Chelsea a cuartos de final de la Liga de Campeones. El siguiente fin de semana marcó el gol de la victoria contra el Manchester City de Robinho, mito en su día ("el nuevo Pelé", nos dijeron los brasileños) del que hoy los que quisimos creer en él preferimos no hablar.
Essien tiene dos apodos. El tren y El bisonte. Ambos son apropiados. El africano es rápido, duro e imparable. José Mourinho lo fichó en 2005 para el Chelsea por 30 millones de euros porque dijo que podría jugar en cualquier posición en el medio del campo. Se equivocó. Podía hacer eso y más. Cuando el Chelsea ganó la final de la FA Cup en 2007 contra el United, Essien jugó de central al lado de Terry, el capitán de la selección inglesa. Cuando el Chelsea derrotó al Valencia en cuartos de final de la Champions esa misma temporada, Essien ganó el partido con un golazo en el último minuto. Ese día jugó de lateral derecho.
Pero su puesto natural está en el centro del campo, donde es amo y señor. Tiene buen pase, está cómodo con el balón en los pies, posee un potentísimo disparo y defiende con astucia y ferocidad. Esta función todoterreno la patentaron dos antiguos rivales de la Premier League, Roy Keane del Manchester United y Vieira del Arsenal. Essien es igual de fuerte que ambos y posee el mismo poder intimidatorio sobre el rival, pero es el más atleta de los tres, el más rápido y explosivo. Otro grande en esa zona del campo ha sido Makelele, el escolta preferido de Zidane cuando jugaba en el Madrid. Essien defiende con la misma inteligencia posicional que Makelele pero cuando tiene el balón hace más uso de él. Por ejemplo, marcando goles. Yaya Touré, del Barça, también es un titán del centro del campo, pero no tiene la furia de Essien, no posee el mismo don de liderazgo. En cuanto a Lass, la revelación del Madrid, Essien es lo que sueña con ser cuando sea mayor.
Essien es el mejor, la referencia mundial como centrocampista defensivo. En un mundo cierto, en un deporte imprevisible, es lo más cercano que tenemos a una garantía, a un seguro contra la inflación.
Liga inglesa. 31ª jornada: Arsenal, 2; M. City, 0. Blackburn, 2; Tottenham, 1. Bolton, 4; Middlesbrough, 1. Hull, 0; Portsmouth, 0. Newcastle, 0; Chelsea, 2. West Bromwich, 0; Stoke, 2. West Ham, 2; Sunderland, 0. Fulham, 0; Liverpool. 1. (El Liverpool, nuevo líder, con dos puntos de ventaja sobre el United, que tiene dos partidos menos).
Liga alemana. 26ª j.: Wolfsburgo, 5; Bayern, 1.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.