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Cazadores que mataban con munición de guerra

Una armería guardaba 2.300 cartuchos prohibidos

Una armería de Villaviciosa de Odón tenía 2.300 cartuchos prohibidos que se vendían a cazadores furtivos, según la Guardia Civil. En una caja de seguridad del sótano del establecimiento, los agentes encontraron en total 7.000 cartuchos. Esta munición no aparecía en el libro de registro del lugar.

Del total, 2.025 eran de uso militar y 275 eran de arma corta de punta hueca, munición prohibida incluso para el Ejército y la Guardia Civil. Este tipo de bala causa un daño mayor al impactar en un cuerpo. En la operación, los agentes detuvieron a cuatro cazadores furtivos.

La investigación se inició en noviembre pasado cuando una patrulla se incautó de un rifle con silenciador en un coche en Miraflores. El silenciador había sido fabricado en el mismo torno en el que se hicieron otros dos decomisados en la Operación Bambi, que a finales del año pasado acabó con la detención de 12 cazadores furtivos.

Los agentes siguieron con las pesquisas e identificaron a un grupo que cazaba furtivamente entre Madrid y Castilla-La Mancha. Tras las vigilancias, en la noche del 11 de febrero la Guardia Civil detuvo a dos hombres que venían de cazar en un paraje próximo al río Alberche. A los detenidos se les incautó un rifle calibre 243 con un silenciador. A uno de los hombres se le había retirado el permiso de caza por matar una cabra en Castellón. La licencia del otro cazador estaba suspendida.

La Guardia Civil registró la vivienda de uno de los detenidos en Almorox y encontró un oso negro de Canadá, una alfombra de piel de antílope africano y cráneos de venado. Días después, los agentes del instituto armado arrestaron a los otros dos cazadores en Madrid y Alcobendas.

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