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Reportaje:Gran Premio de Australia

... Y entonces llegó Richard Branson

El dueño de Virgin alivia a última hora al Brawn GP, que necesitaba ingresos para salvar 300 puestos de trabajo

No andaban equivocados Max Mosley, el presidente de la FIA, y Bernie Ecclestone, el patrón del circo, cuando proclamaban, hace sólo unas semanas, que una espectacular caída de los costes de la fórmula 1 permitiría la entrada de nuevos patrocinadores y equipos en el Campeonato del Mundo. Entre ellos está el magnate Richard Branson, dueño de Virgin Group, que firmó este fin de semana un acuerdo con el nuevo equipo Brawn GP, aunque sin hacer público el coste ni la duración. Ross Brawn tenía urgencia para ingresar dinero y poder asegurar los puestos de los 300 trabajadores de la escudería. Y Virgin, que curiosamente había declinado la posibilidad de comprar el viejo equipo Honda, ha resuelto el problema, probablemente para los próximos tres años.

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Sin embargo, el propio Branson demostró un gran interés en anunciar los motivos que le han llevado a modificar su decisión de no entrar en la F-1. El primero, el fundamental para él, es la promesa de que los presupuestos de los equipos van a bajar de forma radical. "Eso es lo que Ecclestone acaba de asegurarnos", comentó en el acto de presentación del acuerdo con Brawn. Las escuderías han reducido en más de un 40% sus presupuestos esta temporada y en el seno de la asociación de equipos (FOTA) está cada vez más cercana la posibilidad de unificar criterios sobre un límite presupuestario que no supere los 100 millones de euros anuales en cada uno a partir de 2011. La cifra queda muy lejos de los 33 millones propuestos por la FIA.

Pero la revolucionaria reducción planteada por Mosley y secundada por Ecclestone ha provocado ya una reacción inmediata en la FOTA. Al margen del equipo USA F-1, que quiere entrar el próximo año en la parrilla si los costes se ajustan a su presupuesto, otros grupos han mostrado también interés.

La segunda razón esgrimida por Branson es la necesidad de trabajar para imponer un carburante limpio, que no contamine, en la F-1. "A través de la empresa American Gevo, estamos invirtiendo mucho dinero en lograr combustibles no contaminantes para nuestros aviones. Y creo que podríamos implantar también un carburante, que podría llamarse virgin fuel, que no produjera anhídrido carbónico y que resultara tan efectivo como el sucio actual". Branson no llega de vacío. Entra en una F-1 que va a la baja en sus presupuestos por la crisis económica, pero llega con una maleta llena de proyectos que pueden reportarle pingües beneficios.

Su llegada ha sido celebrada por todos. Ron Dennis, ahora directivo de McLaren, afirmó: "La entrada de Branson es en sí misma una excelente noticia para la F-1. Pero no debe ser considerada un esnobismo. Al contrario, a pesar de la crisis, la F-1 continúa siendo un buen escaparate que mantiene una remarcable robustez". Es verdad que el próximo año Renault y Williams van a perder sus principales patrocinadores, ING y RBS (Royal Bank of Scotland) y también que BMW cortará con FxPro y Gauteng. Pero todo eso responde a una crisis general que, como recuerda Dennis, ha provocado también la salida de AIG del Manchester United.

En la fórmula 1 sigue habiendo más entradas que salidas. McLaren ha firmado con Akzo Nobel; Red Bull, con Casio, Nautilus y Trust; Toyota ha renovado con Panasonic, y Williams, con Phillips y Allianz. Y el Santander saltará en 2010 de McLaren a Ferrari con una inversión mayor. Y ello a pesar de las disputas internas entre Ecclestone, Mosley y la FOTA. ¿Excesivo protagonismo? Tal vez. Pero los tres saben que el negocio es demasiado bueno. Están condenados a entenderse.

Ross Brawn y Nick Fry abrazan a Button, junto a Barrichello y Branson.
Ross Brawn y Nick Fry abrazan a Button, junto a Barrichello y Branson.EFE

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