'Padrinos' para el éxito en EE UU

Cuando se hace turismo en un país extranjero, siempre es una ayuda tener algún conocido que recomiende los mejores restaurantes, las playas menos masificadas o los barrios con más encanto. Cuando se trata de hacer negocios, un conocido no es sólo una ayuda. Puede ser la llave del éxito. Un padrino que domine el idioma, tenga los mejores contactos y lime las diferencias culturales marca la diferencia. A eso es a lo que se dedica StepOne, una joven empresa con sede en Madrid y en el Silicon Valley (San Francisco) que busca convertirse en el ángel de la guarda de firmas españolas con sueños de expansión en Estados Unidos.

"Es un proyecto increíble, porque se trata de conseguir lo que instituciones y Gobiernos llevan años intentando", explica Bernardo Hernández. Es uno de los padres de la criatura. Es también director global de Geomarketing de Google. Y cofundador de Idealista.com. Y de Tuenti. Este emprendedor hiperactivo se ha embarcado en esta nueva aventura junto a Germán Loperena. Ambos juegan ahora la misma baza: conocen al dedillo el mercado estadounidense.

"La idea es predicar con el ejemplo". Ésta es la base sobre la que han montado su nueva compañía. Siguen sus propios consejos. Por eso, para StepOne han montado una oficina en el meollo tecnológico estadounidense. También han contratado a la mitad de la plantilla en ese país. "Y sólo hemos fichado a los mejores", subraya Hernández. Con licenciaturas y másteres en las mejores universidades. Con las mejores notas. "Eso es lo que hacen, por ejemplo, Google o Warren Buffet. No se trata de elegir entre lo que llegue, ni de poner parches. Hay que seleccionar lo mejor, el talento", remata.

El viernes presentaron el proyecto en público, en el CSIC y arropados Ellen Lenny-Pessagno, consejera de asuntos comerciales de la embajada de EE UU en España. Mostraron también las primeras empresas a las que acompañarán a Estados Unidos. De momento sólo trabajarán con firmas centradas en tecnologías de la información, Internet, tecnologías verdes o biotecnología.

"No colaboramos con cualquiera. Hacemos una minuciosa selección. Se trata de trabajar con empresas que estén preparadas para dar el salto, que tengan ganas de hacerlo. Y han de tener posibilidades en el mercado estadounidense, que es muy exigente y competitivo", aclara Loperena. Las firmas de capital riesgo y las instituciones que apoyan empresas de fuerte base tecnológica son un buen caladero.

La empresa ve la luz ahora, pero lleva gestándose un año. "Desde que trabajo en Google, muchos empresarios me han llamado pidiendo consejos para trabajar en EE UU". Así se dio cuenta Hernández de que había un hueco para StepOne. Quieren evitar que una firma con potencial fracase por no hacer la llamada adecuada, por no preparar una reunión al estilo norteamericano o por culpa del choque cultural.

De su inversión inicial no quieren hablar. Como objetivos, Loperena insiste: "Se trata de calidad, no de cantidad. Queremos que las empresas triunfen". De momento, piensan en trabajar con media docena al año. Les acompañarán hasta que consigan lo que quieran. "A algunas las ayudaremos a firmar convenios. A otras, a crecer allí orgánicamente", zanja Hernández.