Las cuitas de Sánchez Galán en Iberdrola

Ha terminado la semana grande de Iberdrola en Bilbao -culminada el viernes con junta general de accionistas tras la pertinente rueda de prensa y la convención de directivos-, y su presidente, Ignacio Sánchez Galán, ha puesto sobre la mesa algunas claves sobre el futuro de la compañía. En primer lugar, con el impulso que le da ser una de las empresas que mayor expansión han realizado en los últimos tiempos, se vio legitimado para exigir estabilidad regulatoria para continuar ese proceso inversor en España. O, lo que es lo mismo, que se solucione de una vez para siempre el asunto del déficit tarifario que arrastra el sector y que todas las compañías quieren arreglar. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, que tantas veces ha dicho que es hora de arreglarlo, tiene la palabra.

Pero lo que preocupa más al aguerrido ejecutivo salmantino son los cambios a los que está abocada la compañía por la presencia en su capital de ACS. La constructora que preside Florentino Pérez es el principal accionista de la eléctrica, con el 13% (entre participación directa e indirecta), desde hace más de un año y ha pedido una representación en el Consejo de Administración, que no sería para él.

A Sánchez Galán nunca le gustó "la intromisión" y se opuso a que se produjera, y, entre otras actuaciones, redujo de 21 a 15 el número máximo de consejeros para evitar esa posibilidad. El presidente de la primera eléctrica española arguyó, entre otras cosas y con razón, que ACS controlaba una competidora, Unión Fenosa. Pero ACS acaba de vender el 45% de esta compañía eléctrica, por lo que Sánchez Galán se ha quedado sin argumentos para oponerse. Y Pérez los tiene todos para reclamar una presencia activa en el máximo órgano de administración de la eléctrica.

Quizá por eso, tras las últimas intervenciones de Bilbao, Sánchez Galán parece haber cedido algo a las presiones y admitido los hechos que conducen irremediablemente a que ACS entre en el consejo. Ahora bien, lo ha hecho a su manera, matizando que "se estudiará la entrada cuando haya vacantes", algo que no se producirá hasta dentro de un año. Es decir, sí, porque no hay más remedio; pero ya veremos cuándo. Además, subrayó que "el consejo está cohesionado y toma todas las decisiones por unanimidad".

El asunto se ha analizado ya en algún Consejo, la última vez el viernes mismo antes de la junta de accionistas. Y parece que la unanimidad se inclina a abrir paso. Seguramente tienen bastante que ver la reunión que Sánchez Galán mantuvo el viernes 13 de marzo con Florentino Pérez y la opinión de los presidentes de los otros accionistas importantes de la compañía con presencia en el consejo -BBK (7,1%), Bancaja (6%) y Unicaja (1,5%)-, con los que también se reunió, por separado, el presidente de ACS.

El encuentro de Galán con Pérez, al que asistió el secretario del Consejo de Iberdrola (se supone que para hacerlo constar) fue, según fuentes consultadas, "cordial, correcto y constructivo". De hecho, la constructora no se ha pronunciado nunca en contra de los planes de la eléctrica, incluso cuando Sánchez Galán respondió con la adquisición de empresas (Scotish Power y Energy East) el aumento de participación de ACS para diluir el porcentaje.

El peso de la opinión de los presidentes de las cajas de ahorros (Xabier Irala, de BBK; José Luis Olivas, de Bancaja, y Braulio Medel, de Unicaja), en los que Sánchez Galán ha sustentado siempre su presidencia, también tiene mucho que ver. Los tres se sientan en el consejo de la eléctrica y ven lógico que un inversor con un paquete de acciones superior al suyo también lo haga. En ese sentido se han expresado a Sánchez Galán cuando éste les ha consultado.

Además, en los encuentros que tuvieron con Florentino Pérez, antes de que se viera con Sánchez Galán, aquél les manifestó su intención de colaborar y apoyar los planes estratégicos de Iberdrola, tanto en las inversiones en España como en el exterior, así como de su filial de renovables. Se da la circunstancia, por otra parte, de que Olivas y Medel son miembros del Consejo de Administración de Abertis, la empresa de infraestructuras participada por ACS y La Caixa y de la que es vicepresidente Florentino Pérez, por lo que las relaciones con ambos no son nada complicadas.