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Reportaje:Economía global

La atracción africana se siente en España

El desembarco de compañías en el continente toma velocidad

Miguel Ángel García Vega

Las empresas españolas llevan África en los ojos. Y no es una mirada que se sienta atraída sólo por los bajos costes de producción y la mano de obra barata. Va más allá, como lo han demostrado

USP Hospitales, Enertis Solar, Satec,

Mixta África, Eurosemillas, Herba Nutrición y otros nombres cuyas historias son bastante más conocidas: Repsol YPF (Argelia y Libia), Barceló Hoteles (Marruecos), Cepsa (Argelia), Inditex (Marruecos y Túnez)...

El continente es, desde hace tiempo, un destino que se estudia con mucha atención en la mesa de cualquier responsable de expansión internacional. De hecho, la evolución de las exportaciones españolas a África pone buenas cifras a este sentimiento. Según datos del ICEX, alcanzaron los 10.069 millones de euros a finales de 2008, frente a los 8.050 millones de 2007 o los 6.997 millones de 2006. Bien es cierto que las inversiones directas españolas en África -en términos generales, exiguas- están sufriendo un brusco desplome desde los 956 millones de euros de 2006 hasta los más débiles 127 millones acumulados (últimas cifras disponibles de la Dirección General de Comercio e Inversiones) entre enero y septiembre de 2007. Sin embargo, analistas como Eduardo Martínez Abascal, profesor del IESE, creen que esta situación será transitoria y que, una vez se estabilicen los mercados financieros, se volverá a reencontrar la senda del crecimiento. Porque el potencial es inmenso, como se está viendo en Kenia, Nigeria o Angola.

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Para algunos expertos, el gran cambio está en que no sólo el África mediterránea (Marruecos, Libia, Argelia, Túnez...) está mostrando esta capacidad de atracción, sino que, por primera vez, el área subsahariana (Guinea Ecuatorial, Senegal, Angola...) empieza a ser objeto de deseo. Tanto es así que el año pasado el ICEX lanzó el Programa de Apoyo a Proyectos en África Subsahariana (PAPAS), en el que hasta esa fecha se han presentado 94 iniciativas. Los destinos preferidos son Cabo Verde, Senegal y Angola. Pero también, explican fuentes del organismo público, hay desarrollos en Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Nigeria, Mauritania y Camerún, la mayoría apoyándose en socios locales. Además, el Gobierno destinará 100 millones de euros con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) para financiar proyectos que favorezcan la exportación de infraestructuras. Como señala un empresario instalado en esta zona, "casi por sorpresa hemos puesto los ojos en esta nueva África". Sin embargo, no será, al parecer, una mirada pasajera.

USP Hospitales es un ejemplo de empresa presente en estas dos, por así decirlo, Áfricas. Está en negociaciones para gestionar y administrar 13 hospitales en Marruecos. Y además, en Angola, desde diciembre, gestionan una clínica de Sonangol (la compañía estatal de petróleos angoleña). "Por primera vez, el África subsahariana comienza a tener capacidad para desarrollar proyectos educativos y de sanidad", señala Juan Ramón Arias, director general internacional de USP Hospitales, empresa que explora otros destinos como Senegal, Gabón o Guinea Ecuatorial. Este último es "un país donde, seguramente por la relación histórica con España, se nos quiere mucho, lo cual ha sido una estupenda sorpresa para nosotros", reflexiona Arias.

Dentro de las enormes posibilidades de este continente, cada vez gana más fuerza la de convertirse en el huerto solar del mundo. Para ello, África cuenta con mucho terreno y muy barato, así como con una gran radiación lumínica. Tanto es así que, por ejemplo, en Marruecos o Argelia es el doble que en Alemania. Sobre estas bases traza su estrategia de negocio Enertis Solar, una joven empresa de ingeniería -se creó en 2006- que trabaja para llevar esta energía verde a zonas rurales aprovechando el déficit de instalaciones eléctricas. Las cuentas salen. "Sólo el 4% de las instalaciones del mundo son rurales, por lo que la capacidad de crecimiento resulta enorme para un continente repleto de sol y tierra", analiza José Luis Galindo, consejero delegado de Enertis Solar.

Frente a estos destinos menos habituales está Marruecos, que tradicionalmente ha sido el principal receptor de las exportaciones españolas (3.642 millones de euros) en África y de las inversiones, sobre todo dirigidas al sector constructor y promotor, pero también a la industria textil gracias al bajo coste de la mano de obra. Es el caso de Tavex, uno de los principales productores mundiales de tela vaquera. Desde 1990, la empresa está presente con una fábrica en la localidad de Settat, a 70 kilómetros de Casablanca, cuyas instalaciones han sido ampliadas en varias fases.La planta de Marruecos resulta estratégica para la compañía, puesto que facilita una importante reducción de los costes de producción respecto a los que tenía en España; le permite mantener una proximidad geográfica a confeccionadores como Túnez y, además, se puede aprovechar de la capacidad logística de los puertos del Mediterráneo. Junto a estas facilidades, recuerda Rubén Bernat, director financiero de Tavex, "hemos tenido apoyos públicos del Gobierno marroquí, como el Fondo Hassan II para el Desarrollo, lo cual nos ha facilitado la implantación". Este caso muestra de qué manera el norte de África está atrayendo cada vez más capital foráneo.

Dentro de este redescubrimiento empresarial de África, el componente tecnológico también reclama su cuota de protagonismo. Satec es una de las empresas de mediano tamaño que más activa se está mostrando en la zona norte de este continente. En el espacio de seis años ha comprado tres compañías locales para ayudarles a construir su proyecto africano. Especializada en sistemas de información y telecomunicaciones, adquirió en 2001 la marroquí Intelcom, y en 2006 y 2007, a partir de la adquisición de firmas locales, creó, respectivamente, Satec Algérie y Satec Tunesie. Estas tres filiales sumaron el año pasado una facturación conjunta de 260 millones de euros y "las perspectivas son estupendas", recalca Juan Calleja, director internacional de Satec. "Todo ha ido muy bien, quizá lo que más nos haya costado es adaptarnos a las diferencias comerciales y culturales".

Y es que si África pudiera desarrollarse en todo su potencial, podría absorber oferta casi ilimitadamente en ámbitos básicos como la construcción residencial. ¿Se imaginan las posibilidades que se le abrirían al devastado sector inmobiliario español? Ésta es la reflexión que subyace tras Mixta África, una inmobiliaria, presidida por el ex ministro Josep Piqué, que construye exclusivamente en el continente africano. -

Empleados de un proyecto conjunto hispano-senegalés trabajan en un melonar cercano a Dakar.
Empleados de un proyecto conjunto hispano-senegalés trabajan en un melonar cercano a Dakar.AFP

Socio local

Cuando una empresa española piensa invertir en África, el primer pero que se escucha en el despacho del consejero delegado procede de la inseguridad jurídica. Sin embargo, estos temores desaparecen cuando son los propios empresarios quienes relatan sus vivencias. "No hemos percibido ningún problema especial. Sólo en caso de conflicto hemos establecido que recurriremos al Tribunal de Arbitraje de París en vez de a un tribunal español o marroquí", explica Juan Calleja, director internacional de Satec, firma de telecomunicaciones que tiene una filial en Marruecos. Es una idea en la que coincide Rubén Bernat, director financiero de la compañía Tavex.

Pero Marruecos es el país más avanzado legislativamente de la zona. ¿Qué ocurre en otros destinos africanos? "En países como Gabón, Guinea Ecuatorial, Angola o Senegal, por ejemplo, lo mejor para evitar problemas es ir de la mano de un socio local", aconseja Juan Ramón Arias, director general internacional de la compañía USP Hospitales, que tiene intereses en Angola y Marruecos. -

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.
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