"Quiero hacer lo que hice como jugador"
El 29 de mayo de 1997, Hugo Sánchez (México DF, 1958) recibió el homenaje del estadio Bernabeú. Fue en un partido amistoso ante el París Saint-Germain. El mexicano marcó tres goles. Después colgó las botas. En total, sumó 251 tantos con la camiseta del Madrid, con el que ganó cinco Ligas y una Copa de la UEFA. Hoy (17.00, PPV) regresa a ese escenario. Esta vez, como técnico del Almería en su primer año en los banquillos españoles. La aventura no le asusta en absoluto. Hugo Sánchez mantiene una seguridad en sí mismo a prueba de bombas, intenta siempre trasladarla a su equipo y no duda en ponerse de ejemplo.
Pregunta. Entre ser juga-dor o entrenador, ¿con qué se queda?
Respuesta. Jugador. De técnico, dependes de terceras personas y de las circunstancias. Como jugador, dependes de tus virtudes y de tus habilidades. Ser técnico supone mucha más responsabilidad.
"¿Falta de experiencia? Conozco mejor el fútbol español que el mexicano"
"Ahora no pienso en dirigir al Madrid. Pero soy muy ambicioso y quiero crecer cada día"
"¿Engreído? Ese pensamiento es de gente envidiosa y que tiene celos"
"Desde que vi el Mundial de 1970, con 11 años, mi referencia fue Pelé"
P. ¿Cómo está viviendo su vuelta a la Liga española?
R. Con mucha ilusión. En España no se animaban a darme un equipo porque decían que no tenía experiencia aquí. Me sorprendió porque conozco mejor el fútbol español que el mexicano
[jugó cuatro temporadas en el Atlético, siete en el Madrid y una en el Rayo Vallecano].
P. ¿Por qué decidió aceptar la oferta del Almería?
R. Ya echaba de menos la competición española. Cuando logré los éxitos como técnico, estaba esperando la oportunidad de venirme aquí o la de irme a la selección mexicana. La que llegó primero fue la de la selección mexicana y la acepté con mucho gusto. Después de esa etapa, no iba a volver un escalón abajo y preferí ir un escalón arriba. Lo que equivalía a venir a Europa, a España. En este caso, al Almería.
P. Siempre ha dicho que le gustaría entrenar al Madrid. ¿Es el Almería un trampolín?
R. Lo que quería era venir a Europa. Al Almería le estaré eternamente agradecido. Al igual que agradezco al Atlético que me abriese las puertas para triunfar en el fútbol europeo, aunque mi destino final fue el Madrid. Me da felicidad saber que estoy cumpliendo una meta más dentro de mi trayectoria.
P. ¿Pero le gustaría entrenar alguna vez al Madrid? ¿Es un objetivo?
R. No es el momento de estar pensando en otros equipos. Pero soy muy ambicioso y, por supuesto, quiero crecer cada día, semana a semana, mes a mes y año a año. El crecimiento y la ambición que tengo es para hacer algo similar a lo que hice como jugador.
P. Fue destituido como seleccionador de México al no conseguir la clasificación para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. ¿Cómo le sentó el despido?
R. No se respetaron ni los tiempos ni las formas. Así no se trabaja. Cuando el respeto deja de existir, no es conveniente seguir. Los tiempos eran esperar hasta el Mundial de Suráfrica 2010.
P. Víctor Mahbub, miembro del comité encargado de elegir al seleccionador de su país, considera que usted erró al tomar al equipo preolímpico.
R. Yo no lo decidí, fueron los dirigentes. La equivocación fue de ellos por imponerme esa selección. Si me hubiesen protegido, me habrían dicho: 'Aunque tú firmaste tu contrato y te tienes que hacer cargo de la selección preolímpica, ponemos a otro técnico y a ti te liberamos de esa responsabilidad y no arriesgamos tu camino'. Porque, si me hubieran dicho 'es factible que si no te clasificas para los Juegos te quitamos de la selección mayor', yo habría sido el primero en decir que no.
P. Muchos de los jugadores a los que ha dirigido destacan de usted su mentalidad ganadora.
R. Cuando llegué al Almería, había la desconfianza habitual de un equipo que no está teniendo buenos resultados. Lo que no me gustaba era que esa desconfianza afectara a la inseguridad de cada uno de los jugadores. Intento irradiar ambición. No concibo estar en un lugar donde la gente que me rodea no aspira a mejorar, que sea conformista y que la mediocridad sea una base establecida por la dejadez.
P. ¿Infunde respeto el que para muchos de sus jugadores, probablemente, usted era su ídolo cuando eran pequeños?
R. Por lo menos, hay más credibilidad. Y eso me facilita que, en cada corrección que les hago o cada indicación, no tenga la inquietud de pensar que ellos puedan pensar: 'Pues este mister me está diciendo que haga esto o lo otro, pero ¿por qué me lo dice? ¿Él ya lo hizo?'. Conmigo, indudablemente es difícil que duden porque si les digo las cosas es porque yo ya las hice.
P. Algunos le tildan de engreído. ¿Se merece esa fama?
R. He admirado a muchas personas y me gusta copiar lo bueno. A los que he admirado yo no los considero así y ellos saben perfectamente que son un ejemplo para mí. Más bien, ese pensamiento es de gente envidiosa y que tiene celos.
P. ¿Cuál fue su mayor referencia como jugador?
R. Desde que vi el Mundial de 1970, con 11 años, mi referencia internacional fue Pelé. Imagínese, un Mundial en México, Brasil fue un equipazo. Salió campeón del mundo. Pelé, como goleador; Pelé, como estrella; Pelé, como rey. Luego, vinieron otros jugadores como Beckenbauer, Platini, Cruyff... Ellos han sido la referencia para muchos niños y jóvenes y ahora me toca a mí el papel de ser la referencia de otros. Yo les agradezco que me tomen como tal como yo tomé a otros.
P. Negredo cuenta que usted le regaló un vídeo de tres minutos con sus mejores momentos como jugador del Madrid.
R. Los jugadores saben de ese vídeo que tengo de goles. Y yo, con mucho gusto, se lo dejo. Aparte, me ayuda para que no olviden quién es el técnico que les está dirigiendo.
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