Pecado de juventud

El Arsenal vive en una fase contradictoria. Por una parte, la apuesta por los jóvenes talentos de su técnico, Arsène Wenger, goza de buena salud. Por otra, esa apuesta no le llega para estar entre los grandes. Resultado: las primeras críticas de la hinchada gunner a su entrenador de los últimos 13 años, que no gana un título desde la Copa inglesa de 2004-2005 y que instó al club londinense a pagar en diciembre 13 millones por el media punta ruso Arshavin, de 27 años, ausente frente al Villarreal por haber disputado antes la Champions con el Zenit.

El Arsenal seductor del curso pasado no se ha visto esta temporada. Especialmente, por la lesión de su capitán y referente en el centro del campo, el español Cesc, que se rompió los ligamentos de una rodilla en diciembre y llega muy justo a la cita con el Villarreal. Pero también por las bajas de Adebayor y Walcott. Este extremo, nueva estrella en la selección inglesa de Fabio Capello, se ha pasado cuatro meses ausente y ayer volvió a sufrir una lesión de rodilla que le apartará durante cinco semanas más.

Después de tres meses de baja por lesión, Cesc llegará muy justo a la eliminatoria

La juventud es la fuerza del juego vertiginoso del Arsenal, pero también su mayor pecado, según advertía el propio Cesc a principios de campaña. "Estamos un poco cortos de plantilla y somos muy jóvenes. En el medio del campo, con Song, Denilson y Nasri, el más viejo soy yo [22 años]. Nos costará mucho ganar porque no tenemos experiencia". El francés Nasri ha sido el más brillante de una línea medular que ha echado de menos a Flamini (Milan) y Hleb (Barça). Claro que el mayor problema ha sido la falta de gol, atrancados por la discreta campaña de Adebayor, Van Persie y Da Silva.

Al técnico del Villarreal, Manuel Pellegrini, se le suelen dan bien los rivales británicos. En distintas ediciones, ha eliminado al Everton, el Rangers y el Celtic, ha empatado cuatro veces sin goles frente al Manchester y sólo ha caído precisamente ante el Arsenal en las semifinales de 2006. "Espero superarles en el juego como lo hicimos la otra vez", advirtió ayer el chileno, quien hace tres años definió así a ambos equipos: "El Arsenal juega al primer toque. Nosotros, al segundo".

Hoy, ni Riquelme ni Forlán están en el Villarreal. Del Arsenal se fueron Lehmann, Henry, Ljunberg y Pirès, que ha cambiado de bando y se enfrentará por primera vez a su ex equipo. "Jugamos distinto, pero los dos tenemos mucha calidad", dijo ayer el francés.

Han cambiado muchos nombres y desaparecido la mística del estadio de Highbury, pero el Villarreal y el Arsenal siguen siendo esencialmente los mismos.