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Reportaje:DANZA

Un coreógrafo de dos cabezas

Difíciles de hacer pero fáciles de ver, las obras coreográficamente complejas del creador checo Jiri Kylián siguen la máxima que ha regido, y aún rige, al Nederlands Dans Theater (NDT) desde sus orígenes hace ya casi cincuenta años, cuando un grupo de disidentes del Het Nederlands Ballet creó este colectivo neoclásico bajo la dirección del maestro Benjamin Harkarvy que, respaldado por el indudable talento coreográfico de Hans van Manen, supo sostener esta compañía que nació sin apoyo alguno pero que conectó rápido con las audiencias. Inspiraciones diversas, rigor en la técnica y ejecución, y gran sentido del espectáculo. Esos son algunos de los nortes que han movido a esta compañía ambiciosa que siempre ha soñado con seducir a ciudadanos planetarios. "Disfruto mucho cuando veo que el público es gente normal, que va al cine, lee libros, sale con amigos a conversar y también viene a ver danza", asegura Kylián, que ha dejado claramente estampada su huella en esta agrupación que dirigió desde 1975 hasta 1995, creando obras maestras como su emocionalmente contundente Sinfonía de los salmos (1978) y otras mayúsculas como Return to the Strange Land (1975), Sinfonietta (1978), Stamping Ground (1983) o Bella figura (1995). Produce y trabaja como asesor y coreógrafo del actual NDT pero ahora lejos del estrés de la dirección artística. "No echo de menos aquellos días", asevera. "Cuando eres el director artístico de una compañía eres coreógrafo, director, administrador, estratega, psicólogo, diplomático, ginecólogo... todo al unísono".

Lightfoot: "En nuestras piezas hay más figuras masculinas, pero las mujeres adquieren gran relevancia y son el centro"
Sol León: "Silent Screen' supuso un cambio de estilo, la gran inspiración fueron los actores del cine mudo temprano"

Al margen de lo artístico, Kylián creó un modelo de compañía que ha sido ejemplo a seguir. Abrió el NDT2 para jóvenes bailarines y aunque ahora suspendido por razones presupuestarias ideó el NDT3, un acto de amor hacia la gente de la danza, que aprovecha el potencial y la experiencia de bailarines mayores de 40 años que ya no consiguen trabajo en esta profesión inclemente. Otra de sus aportaciones fue su insistente empeño en dar oportunidad a jóvenes creadores. "A mí me dio la oportunidad John Cranko cuando trabajaba en el Sttutgart Ballet. Y estoy muy feliz de decir que gente como William Forsythe, Ohad Naharin, Mats Ek y Johan Inger, Nacho Duato, Paul Lightfoot y Sol León, y tantos otros, han empezado conmigo", dice orgulloso.

"Estaba en el Royal Ballet y no había mucha oportunidad de hacerse coreógrafo", rememora el británico Paul Lightfoot, que junto a su pareja de baile, de creación y de vida, la cordobesa Sol León, son ahora coreógrafos residentes del NDT. "Recuerdo que Jiri se me acercó y me dijo: 'Me han dicho que te gusta hacer coreografías, ¿es eso cierto?'. Hizo mucho énfasis en ello". Y claro que le gustaba. Lo que no estaba claro entonces era que su método sería uno inusual, a dos cabezas y cuatro manos, junto a Sol León. Él lleva 24 años en la compañía. Ella 22. Hasta ahora, el tándem ha producido una treintena larga de piezas para el NDT I, II y III. La más reciente, Passe-Partout, con un ingenioso dispositivo escénico, fue estrenada con éxito por la compañía junior hace unas semanas y sus creadores reconocen que es la continuación de un ciclo de obras de envergadura que iniciaron con Silent Screen (2005), quizá su pieza más celebrada y aplaudida, que se ha visto en Madrid y se verá ahora en el Teatre El Liceu, de Barcelona, en programa compartido con Tar and Feathers, trabajo reciente de Jiri Kylián.

Silent Screen es elegante, sombría e imponente. Su tono apesadumbrado calza con un gran sentido del espectáculo que, al ritmo envolvente de la música de Philip Glass, intenta atrapar recuerdos lejanos desde las pantallas de vídeo que flanquean el escenario. Parece querer materializar paisajes del alma y referirse al universo insondable de la mujer. Es pieza de rigor y luto. "Nos gusta que la gente haga sus propias lecturas de las piezas. Ya he oído que muchos interpretan que se trata de una obra sobre la muerte pero, aquí entre nosotros, puedo decir que es sobre el cambio, sobre las transformaciones en el tiempo de la mujer. A cierta edad, pasa con algunas mujeres que conectan con la verdadera esencia del mundo femenino, y eso produce un cambio brutal". Lo femenino, en cualquier caso, es tema que les atrae. "Suele pasar que en nuestras piezas hay más figuras masculinas, pero las mujeres son el foco, adquieren gran relevancia y son el centro", añade Lightfoot.

Después de tantos trabajos para la compañía, el sello Lightfoot/León ha logrado ser una nueva seña de identidad para el NDT. Obras como Said and Done (2001), Postcript (2005), Safe as houses (2001) o la poética Signing Off (2003), con su lluvia perenne, ayudaron a configurar su particular lenguaje. "Silent Screen supuso una apertura y un cambio de estilo", admite León. "Era la pieza más larga que habíamos hecho hasta entonces, una concepción más de espectáculo después de hacer muchos ballets centrados en el movimiento. La gran inspiración fueron los actores del cine mudo temprano, el lenguaje corporal usado en esas viejas películas del simbolismo alemán". Y entonces vino Shoot the Moon (2006), una pieza que es notorio que les emociona. Sol León sueña con traerla a España. "Silent Screen es más calmada, pero fue en esta otra en la que notamos que se había producido un cambio en nuestra manera de abordar las piezas. Es más oscura, menos placentera. Habla de la soledad, un tema terrible".

Para llegar a este punto de éxito y satisfacción ha tenido que pasar la vida. "Empecé muy niña, en Andalucía, en la época de Franco", rememora ella, "así que me inscribí en los cursos de bailes regionales y me apasionaba. Tenía siete años y decía, de manera muy intuitiva, que quería ser bailarina. A los 18 empecé en serio pero no pasé ni por academias ni conservatorios. Había que ganarse la vida para pagarse las clases en Madrid y eso me dio mucha libertad. Me vine a Holanda, al Nederlands, conocí a Paul y nos enganchamos a la coreografía". Él, sin embargo, quería ser actor. "Vivía en una granja de vacas de leche, al norte de Inglaterra. Me fui a la escuela de actuación y un maestro estaba interesado en estimular a los chicos hacia la danza y escogió a cuatro, entre ellos a mí, así que dejé la idea de actuar y me dediqué a bailar y a hacer coreografías".

Pero las instituciones no son rigurosamente estables. Y ahora mismo soplan aires de cambio por el hoy totémico NDT. Anders Hellström, el que fuera director artístico de la agrupación, ha abandonado su cargo y acaba de entrar el norteamericano Jim Vincent, que estuvo vinculado al NDT desde 1978 hasta 1990 y había colaborado en los años iniciales de Nacho Duato, en la CND española, antes de irse al prestigioso Hubbard Street Dance Chicago. Lightfoot/León confiesan que no saben lo que va a ocurrir, pero se sienten seguros de haber creado un lenguaje que es herencia genuina del NDT. "Llevo la casa donde voy. Yo soy la casa, soy un producto del Nederlands", enfatiza León. "Llegué aquí hace 22 años, al NDT 2, luego al 1, y siempre coreografiando. Es difícil no estar influenciada por su estilo, y mi primera fuente de inspiración fue Hans van Manen, pero hemos luchado, dentro de esos parámetros, por tener un estilo bastante personal. La creatividad es vulnerable, no puedes controlarla. Es un momento difícil porque todo se balancea entre el arte y el negocio, y la pregunta del momento es: ¿quién es el más fuerte?".

'Silent Screen' y 'Tar and Feathers'. NDT. Del 19 al 22 de marzo. Teatre El Liceu (Barcelona). www.liceubarcelona.com www.ndt.nl

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